INFORME SOBRE CONTAGIOS EN CATALUNYA

Las infecciones de origen sexual aumentan el 15% en dos años

Una prostituta ofrece sus servicios en una carretera de Figueres.

Una prostituta ofrece sus servicios en una carretera de Figueres.

ÀNGELS GALLARDO / Barcelona

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Las infecciones de transmisión sexual -sífilis, clamídeas, herpes genital o tricomonas, entre ellas- mantienen una incidencia creciente en Catalunya, y en el resto de Europa, desde hace más de un decenio, coincidiendo con el decreciente temor y  control de los contagios por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), que causa el sida. En el 2013, las infecciones de origen sexual aumentaron en Catalunya una media del 15% en relación al 2011, año en que se registró un incremento similar sobre el periodo previo. Las infecciones por sífilis crecieron en esos dos años el 29%.

Los hombres homosexuales, seguidos a distancia de los heterosexuales, son los colectivos con mayor incidencia de estas enfermedades, indica un informe realizado en el 2013 por el Centre d'Estudis Epidemiològics sobre Infeccions de Transmissió Sexual i Sida a Catalunya (CEESCAT), elaborado a partir de la declaración voluntaria de contagios de origen sexual ofrecida por los usuarios de 42 centros de asistencia primaria (CAP). Este sistema de obtención de datos, que incluye un perfil sobre las circunstancias de los contactos sexuales, se instauró en Catalunya en el 2006, mejorando sustancialmente las declaraciones de infección que con anterioridad comunicaban los médicos.

El colectivo de mujeres profesionales del sexo -prostitutas- no es, en absoluto, el más afectado por estas infecciones, aunque se las siga asociando al riesgo de sufrirlas. Entre las procedentes del África subsahariana predomina la infección por gonococia, y la de clamídeas en las que llegaron del este de Europa. En ambos casos, en menor proporción que los homosexuales y las prostitutas autóctonos.

MENOS SIDA / Las mujeres inmigrantes que ejercen la prostitución en Catalunya registran asimismo una baja incidencia de infecciones por el VIH, que se sitúa entre el 0,3% y el  2% de las analizadas, indica otro estudio del CEESCAT en el que entre el 2005 y el 2011 fueron entrevistadas 1.600 mujeres. El 35% procedían del este de Europa, el 24% de África y el 29% de Sudamérica. Entre las trabajadoras del sexo nacidas en España, en cambio, la infección por el VIH alcanza al 15% del colectivo. Los autores del estudio alertaron, no obstante, de la incipiente «relajación» en la vigilancia de las prostitutas inmigrantes para evitar contagios de gonococia y clamídeas: si en el 2005 esas infecciones afectaban al 14% de las entrevistadas, en el 2011 ya los sufrían el 21%.

En ambos colectivos, al igual que entre los hombres homosexuales, el aumento de infecciones de transmisión sexual se debe al desuso del preservativo cuando mantienen relaciones sexuales. La mayor incidencia de VIH entre las prostitutas autóctonas responde al consumo de drogas inyectables que predomina entre ellas, aseguró Jordi Casabona, director del CEESCAT.

PAREJAS SEXUALES / «Las trabajadoras del sexo españolas siguen consumiendo drogas que se administran con jeringuillas reutilizadas y contaminadas», afirmó Casabona. Los responsables de prevención de infecciones de la Agència de Salut Pública de Catalunya insisten en la importancia de que hombres y mujeres, homosexuales o heterosexuales, utilicen el preservativo en los encuentros sexuales, en especial si estos suceden con parejas inhabituales. Los hombres y mujeres heterosexuales afectados por clamídeas y herpes genital, entrevistados por el CEESCAT, declararon haber tenido entre cuatro y seis parejas sexuales en el último año. En el colectivo de hombres homosexuales, la mayoría declaró haber tenido «15 o más» parejas sexuales en el mismo periodo.

El desigual uso de preservativo abunda, en los últimos años, entre las prostitutas, autóctonas e inmigrantes, que, indican los técnicos del CEESCAT, se ven condicionadas por la creciente exigencia de los clientes interesados en contratar sexo sin protección. En muchas ocasiones, esos servicios se solicitan bajo los efectos del alcohol. Los responsables de vigilancia epidemiológica insisten en la conveniencia de que esas trabajadoras dispongan de servicios asequibles dedicados a la prevención de infecciones.