Concentración por la paz en Siria

Tal día como este miércoles, pero de hace seis años, comenzó la guerra en Siria. El 15 de marzo del 2011 fue una fecha fatídica no solo por el inicio del conflicto, sino porque fue el principio del éxodo de sus habitantes. Barcelona ha querido aportar este miércoles un grano de arena solidario para recordar que la guerra está ahí y sigue causando estragos.

Cáritas convocó ante la catedral de Barcelona una concentración a la que acudieron un centenar de personas. Refugiados, familias, voluntarios acudieron para dar su respaldo a la campaña internacional 'Siria: la paz es posible', no solo de palabra. También mediante carteles que recordaban que este deseo se hiciera realidad. 

A poca distancia de la catedral, representantes de la campaña 'Casa nostra, casa vostra' hacían entrega a la presidenta del Parlament de Catalunya, Carme Forcadell, de las 120.000 firmas que han respaldado un manifiesto para reclamar a las instituciones catalanas "compromisos inmediatos" para acoger refugiados. El manifiesto reivindica que Catalunya se convierta en una tierra de acogida.

CUALIFICACIÓN PROFESIONAL

El coordinador de la campaña, Ruben Wagensberg, ha declarado a la salida de la reunión con Forcadell su alegría por la reciente y multitudinaria manifestación de Barcelona. Ha lamentado, sin embargo, que el apoyo popular "no ha servido para que las instituciones muevan ficha".

Juana Martín, responsable del programa de Ayuda al Refugiado de Cáritas, ha explicado que la entidad tiene acogidas a 92 personas en Barcelona. Son refugiados que salieron de Siria hace cuatro o cinco años, como Adeep, un padre de familia residente en Alepo, que tuvo la suerte que sus hijos lo trajeran a España. Adeep, ingeniero industrial, es un ejemplo de la elevada cualificación profesional de los refugiados que han llegado a España, apunta Martín.

Cáritas atiende a 92 personas que han quedado fuera del programa estatal de ayuda a los refugiados, porque se les ha terminado o se les ha denegado el asilo. La oenegé tiene 32 familias sirias alojadas en 14 pisos y otras cuatro personas residentes en otros establecimientos. Martín ha recordado los dos problemas más difíciles a que se enfrentan los refugiados: vivienda y trabajo.