«Sants es así, tal cual, sin aparentar. Y eso me gusta»

Con 18 años, Annabel Castan (Tremp, 1980) llegó a Barcelona desde el Pallars para estudiar Publicidad y Relaciones Públicas, en la Universitat Autònoma de Barcelona. Duró solo tres meses, porque, en realidad, las relaciones públicas que ansiaba su interior eran las que se establecen con el público en lo alto de un escenario de teatro.

Como su hermano también había bajado a la ciudad a estudiar, sus padres optaron por comprar un piso para que se alojaran los dos en él. "Lo bueno que tiene ser de pueblo es que, si estudias, te tienes que independizar a los 18", comenta la actriz, que pasó a compartir un piso con su hermano en la calle de Violant d'Hongria. "Me hacía mucha gracia encontrarme con Núria Feliu en la frutería", rememora Castan. En aquel entonces, Sants y toda la ciudad eran "la bomba". "Barcelona significaba la independencia para mí", recuerda Castan. "Ahora valoro más la tranquilidad y echo en falta la montaña. Con los años, voy notando que las raíces afloran", dice.

Raíces en Sants

Pero en 14 años, las raíces de Annabel Castan han entrado también en Sants. Hace tres meses que una relación de pareja la ha instalado en Gràcia. Aunque en Sants mantiene el piso familiar, la nostalgia de sus rutinas en el distrito al que realmente se ha vinculado durante todos sus años en la ciudad afloran también cada vez que regresa a él. "Hoy, cuando he bajado del metro, y volviendo a recorrer los lugares que más he frecuentado durante los pasados quince años, he pensado en mis mañanas en la biblioteca, en el gimnasio, en la terraza de las plazas de aquí, todo eso que fui construyendo, ya no está", reflexiona.

"Claro que me gusta Gràcia, también tiene mucho ambiente de barrio. Barrio y pueblo se aproximan mucho. Pero es más hippy-modernilla y está de moda. Sants, en cambio, es tal cual, sin aparentar. Y eso me gusta", afirma la coproductora de Les Antonietes (www.lesantonietes.com). La compañía fue fundada en el 2007 y de ella son miembros los actores Mireia Illamola y Oriol Tarrasón, que hasta el pasado domingo, interpretaron en el Teatre Lliure, junto a la Kompanyia Lliure, Somni americà, bajo la dirección de Oriol Tarrasón.

Castan se inició en el teatro en su ciudad, la capital del Pallars Jussà, "con los pastorets, primero, y ensayando y representando obras teatrales en sesiones extraescolares", explica. La representación de Pedra de Tartera, obra de Maria Barbal, hija también de Tremp, en el Teatre Nacional y en una emotiva intrepretación en el Espai Cultural La Lira de la población de la autora y actriz forma parte del book de Castan.

Castan y Les Antonietes también han lucido en Barcelona, entre otras obras, con L'Aigua, el espectáculo inspirado en la obra de Jesús Moncada Mequinensa; El mal de la joventut, y Molt soroll per no res. Ahora, la compañía mueve la gira de sus espectáculos Vània, de Anton Txèhov, y Stockmann, de William Shakespeare. Mientras, Castan prepara su actuación junto al bailarín Jordi Cortés, que presentarán la obra Fóssil en el Sant Andreu Teatre (SAT) los días 27 y 28 de marzo próximos.

El teatro es vida

Castan no ha actuado nunca en la Sala Flyhard, ubicada en el número 3 de la calle de Alpens, de Sants, el teatro más cerca de su casa en este distrito. Pero es una asidua a esta pequeña sala que le encanta. "Me gusta porque el público está muy cerca del escenario. Es muy pequeño y superbonito, es como estar en el comedor de casa, en la intimidad", dice. "Normalmente, actúan en él dramaturgos catalanes que suelo conocer. Hace tres años que esta sala ha cogido más vuelo", declara.

Teatro, terrazas en la plaza de Osca y sus restaurantes favoritos han formado y siguen formando parte de las horas de la actriz en Sants. "En el Terra d'Escudella (Premià, 20), bocadillo, cerveza y fútbol. Allí preparan unos bocadillos fantásticos. Sobre todo el de queso con calabacín me encanta", expresa la actriz. «La Mestressa (Osca, 7) está muy bien para ir a cenar o a comer y el Fo (Osca, 2) es para quedar y tomar una cerveza", detalla Castan que, sobre todo, aprecia el ambiente de normalidad de Sants.

"No hace falta que el barrio se ponga de moda. Sants es así de auténtico. Y el barrio de Hostafrancs, de gitanos catalanes, que es espectacular", dice. "En el gimnasio al que yo iba, el Centre Esportiu Municipal Espanya Industrial, todo el mundo era muy normal. Y en la calle de Sants hay de todo, menos grandes franquicias. Yo me he comprado muchas cosas. Lo encuentras todo porque en Sants hay de todo", considera Castan. "Y, con el tiempo, Sants se ha hecho un barrio bonito, limpio y moderno", afirma esta incondicional del distrito.