"Por 30 euros al mes, viviremos mejor y ahorraremos energía"

En el número 81 de la calle de Pirineus la fachada es tan liviana que incluso al instalar el cajón de una persiana en el recoveco de una ventana, sobresale. “Ya puedes poner el más pequeño de mercado”, explica Teresa Díaz. Ella es inquilina del edificio desde que se construyó, en 1970, una década  antes de que el aislamiento de las construcciones fuera un imperativo legal. En estos 46 años, ella y sus 17 vecinos sufren el rigor del invierno y el húmedo bochorno del estío en sus viviendas ante la inexistencia de una cámara de aislamiento.

Esa será la más importante de las intervenciones que se acometerán en su bloque a partir de junio. “Viviremos mejor y nos ahorraremos unos euritos”, proclama Teresa. El descenso del gasto no solo se notará en la factura energética, sino también en el pago mensual de los trabajos de reforma, “que no llegará a los 30 euros” durante 5 años, según revela esta vecina de 65 años. Menos de la mitad de la media que abonan de media los edificios del proyecto. "Ya hicimos algunas mejoras, como el patio interior y ahora solo queda la fachada, modificar la instalación comunitaria de luz y las baterias del agua”, destaca.

Mejoras más asequibles, puesto que cuando se trataba de desembolsos mayores, “la gente se tiraba para atrás”,  recuerda Teresa.”Pero al acompañarnos el ayuntamiento, se han acabado las suspicacias entre vecinos", afirma. Tras años de espera, soluciones de una tacada. “Como cuando vas al mecánico: dime todo lo que hace falta arreglar, que no quiero que me veas el pelo en una larga temporada”, bromea.