Las discotecas de la Zona Hermética de Sabadell inician una campaña contra el traslado

La Federación Catalana de Asociaciones de Actividades de Restauración y Musicales (FECASARM) pone en marcha una campaña de recogida de firmas a través de la plataforma ‘change.org’ para reclamar al Ayuntamiento de Sabadell “que paralice y revise el acuerdo aprobado en su día para el traslado de las discotecas de la Zona Hermética hacia la zona de Sant Pau”.

Para FECARSARM “no existe ninguna urgencia ni motivo que haga necesario este traslado” y reclaman al Ayuntamiento que revoque el Plan Especial del Barrio de Gràcia del año 2010 que, como reconoce el propio equipo de gobierno municipal, “es una herencia del pasado”. Desde la Asociación se alerta que dejar 15.000 metros cuadrados de naves abandonadas generaría más inseguridad en la zona y recuerdan que la medida comportaría también poner en peligro 500 puestos de trabajo que afectarían a un colectivo, el de jóvenes entre 18 y 26 años, muy castigado por la crisis.

La Federación asegura que, aparte de los problemas de seguridad que generaría el traslado y las pérdidas de puestos de trabajo, el traslado a la zona de Sant Pau  es inviable económicamente por el coste que supondría construir unas naves nuevas en otra zona del municipio.

Por todo ello, solicitan al Ayuntamiento que “reconsidere” su decisión de echar a los empresarios de las discotecas de la Zona Hermética y que tenga en cuenta que este Plan Especial fue aprobado en época del alcalde Manuel Bustos y que existen indicios de que este traslado “podría haber obedecido a intereses económicos ilegales”.

Además, insisten en que la causa en la que se investigan determinados delitos presuntamente perpetrados por Bustos constan grabaciones que acreditarían que su tío, Melquíades Garrido, también imputado, tenía intereses en que diferentes empresas se instalaran en el nuevo polígono de Sant Pau de Riu Sec, lo que indirectamente estaría demostrando un presunto interés en promocionar la nueva zona.

En cualquier caso, “lo que sí queda claro es que, si finalmente el traslado se convierte en un hecho, el daño ya será irrepersible”, aunque en su día se determine que todo obedeció a intereses urbanísticos ilícitos y aunque el Tribunal Supremo revoque el Plan Especial, ya que, también se debe tener en cuenta, que el mismo se encuentra actualmente impugnado delante del alto Tribunal.  

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