"Uno es de donde pace"

Cuando Eduardo Reyes toma la palabra, no la suelta fácilmente. Nadie diría que a este hombre que no se siente "más catalán que español ni más español que catalán" no le interesaba la política hasta hace bien pocos años. Dirige la plataforma Súmate, de castellanohablantes por la independencia. Y ahora, desde la sexta plaza de la lista independentista Junts pel Sí, no para. La candidatura considera que su perfil es idóneo para intentar penetrar en el área metropolitana de Barcelona, que en estas primeras semanas se está revelando como un territorio difícil para el discurso soberanista pese a su importancia capital en el resultado del 27-S.

"Soy una persona que admira la tierra que pisa y, pese a que podría vivir tranquilo, me he metido en este embolic, sobre todo por mis hijos y mis dos nietos de 9 y 12 años", dice a modo de presentación.

En el céntrico Artesà Cafè Teatre de El Prat, ante unas 40 personas, Reyes trata ante todo de insuflar confianza. "No desfallezcáis; Catalunya no se irá del euro; no se obligará a nadie a hablar... fijaos que estoy hablando en castellano; se es de donde se pace y no de donde se nace", aclara, explicando la vivencia de sus padres, que "tuvieron que arrancar sus raíces y sembrarlas en otro lugar".

Las dudas de los asistentes van desde si una casa en otra comunidad española corre peligro con la independencia a si se permanecerá en la UE. Le piden que detalle en cuántos meses llegará la secesión y cómo, porque el no saberlo hace dudar, dice una señora. "Tiene que ir bien porque la base la llevamos el pueblo, nosotros", sostiene. Y admite, respecto a los plazos, que "sabemos más el qué que el cómo, hasta que no veamos el resultado en escaños y votos" tras el 27-S.

¿Cómo reaccionará el Estado? "España se pondrá tozuda hasta donde pueda, pero después dirá: vamos a ceder; si el Gobierno hubiera sido inteligente y hubiera aceptado el referéndum al principio de este proceso, habríamos perdido por goleada". Reyes avisa de que la situación es de encrucijada: "Si no salimos bien de esta, no distinguirán qui parla català, porque los palos que nos van a dar van a ser la hostia". Y carga contra un Estado que, dice, hace inversiones inútiles, necesita una regeneración total y va a la quiebra. Y que discrimina a Catalunya en aeropuertos, en educación, en financiación... Reivindica la solidaridad, pero "sin ser un primavera, ni un primo", y avisa de que en la Catalunya independiente "primero estaremos nosotros y después seguiremos siendo solidarios". Una Catalunya, proclama, en la que se podrá optar a dos nacionalidades al mismo tiempo: la catalana y la española.