Los escándalos económicos

Matas sale de la cárcel tras concederle Prisiones el tercer grado

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Tres meses y cuatro días ha pasado en la cárcel el expresidente balear Jaume Matas. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias le ha concedido el tercer grado penitenciario, por lo que ayer pudo abandonar el centro penitenciario de Segovia, donde ingresó el pasado 28 de julio, para pasar fuera el fin de semana. Condenado a nueve meses por tráfico de influencias en la contratación del periodista que redactaba sus discursos, Antonio Alemany, el exdirigente del PP disfrutará a partir de ahora del régimen abierto. Solo tendrá que ir a dormir a diario al Centro de Inserción Social de la prisión segoviana y podrá salir del recinto desde la tarde del viernes hasta la mañana del lunes.

Según informa Europa Press,  Prisiones ha concedido el tercer grado a Matas por diversas razones: porque ya ha cumplido una tercera parte de la condena, porque esta era de escasa duración y porque ha mostrado un buen comportamiento en prisión. También porque ingresó en la cárcel voluntariamente, porque tiene la posibilidad de llevar alguna actividad laboral en el exterior y porque esta era su primera condena. Una pena que no pudo evitar, pese a ser inferior a dos años, porque la Audiencia Provincial de Palma dictaminó que debía ingresar en la cárcel dada la gravedad de los delitos y la alta responsabilidad de quien los cometió.

CAUSAS PENDIENTES / Esta causa, que estaba enmarcada en el caso Palma Arena, es solo una de las muchas en que está inmerso el que fuera ministro de Medio Ambiente durante el Gobierno de José María Aznar. Arrastra ya una multa de 9.000 euros por un delito de cohecho aunque la sentencia no es firme. Además, está imputado en varias de las 20 ramificaciones del mismo caso Palma Arena por supuestos delitos de malversación de caudales públicos y prevaricación en los sobrecostes de obras faraónicas. Entre esas derivadas de la causa principal se encuentra el caso Urdangarin, por el que Matas también debe rendir cuentas. Por ahora, ya ostenta el dudoso honor de ser el primer ministro del PP que ha acabado entre rejas.