SONDEO DEL GESOP

El auge de C's recorta aún más el triunfo del PP

JOSE RICO / BARCELONA

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Aún no se le ha efectuado la extremaunción al bipartidismo y aún no es el tripartidismo más que un embrión demoscópico. Pero, sin tiempo para digerir tantos cambios, las encuestas comienzan a plantar en el sistema político español la semilla del cuatripartidismo. El hundimiento de PP y PSOE desató una carrera de galgos para hacerse con sus cascotes en la que desde hace un año se impone Podemos. Pero las elecciones andaluzas han vuelto a sacudir el tablero con el fenómeno de Ciudadanos. La traducción al castellano de la marca catalana de Albert Rivera se ha hecho mayor de edad y sería ya la cuarta fuerza del Congreso, según el Barómetro Político de España del Gabinet d'Estudis Socials i Opinió Pública (GESOP) para EL PERIÓDICO.

Su crecimiento añade lastre a populares y socialistas, pero también supone un revés para Podemos, que frena en seco su fulgurante progresión, aunque logra mantenerse como primera fuerza en intención directa de voto (el voto sin cocina), una clasificación en la que Ciudadanos ocupa ya la segunda plaza y el PP, la cuarta, por detrás del PSOE. Un dato lo dice todo: las dos fuerzas tradicionales sumarían el 42,6% de los votos, mientras que las dos alternativas se quedarían a solo cinco puntos, con el 37,8%. La otra consecuencia de la eclosión estatal de Rivera es que complicaría un poco más el juego de pactos poselectorales, hasta el punto de que solo la llamada gran coalición PP-PSOE tendría asegurada la mayoría absoluta.

Lo que no ha cambiado es la victoria del PP, aunque sí se ha hecho más exigua. Mariano Rajoy ganaría las elecciones con el 23,5% de los votos, 2,6 puntos menos que en diciembre, y lograría de 102 a 107 escaños (hoy tiene 186), su peor registro en este sondeo. El trabajo de campo tuvo lugar del 8 al 13 de abril, justo después de que el presidente llamase a la unidad del PP tras el fuego cruzado que siguió al descalabro andaluz. Desde diciembre, los populares cederían otra decena de diputados porque Rivera les arrebataría uno de cada cinco votantes. Desde los comicios del 2011, Rajoy ha perdido 20,6 puntos. Y cabe reseñar que el sondeo es anterior al huracán Rodrigo Rato.

IGLESIAS SE DESINFLA

La lucha por la medalla de plata se ha vuelto más reñida. Podemos dio el sorpasso al PSOE en el sondeo de diciembre y se plantó por encima de los 100 escaños, pisándole los talones al PP. Pero tras subir como la espuma, Pablo Iglesias parece haber tocado techo y es víctima también del efecto Rivera. Ahora conseguiría el 20,1% de los votos (5,5 puntos menos que en diciembre) y entre 78 y 82 diputados (una veintena menos). Esta tendencia explicaría la indisimulada decepción con la que el partido lila digirió los 15 parlamentarios en Andalucía.

Pese a resentirse, Iglesias retiene por los pelos el segundo lugar, pero rebaja bastante su ventaja respecto del PSOE. Pedro Sánchez lograría el 19,1% de los votos, a un punto de Podemos y a 4,4 puntos del PP. Los socialistas han perdido siete décimas desde diciembre y 8,6 puntos desde las elecciones del 2011. El GESOP les atribuye entre 75 y 78 escaños (hoy tienen 110), consecuencia de que dos de cada 10 votantes emigrarían a Podemos y el 13%, a Ciudadanos.

Hace cuatro meses, Rivera no tenía garantizado el grupo en el Congreso al sacar de 3 a 5 escaños en este sondeo. Pero ha escalado a velocidad de vértigo, nutriéndose de las tres fuerzas que tiene por delante con la misma calculada ambigüedad izquierda-derecha que utiliza Iglesias, pero una imagen menos rupturista. Así absorbe a la mitad de los votantes de UPD, dos de cada 10 electores del PP y el 13% del PSOE. El resultado de estos movimientos: el 17,7% de los votos y de 55 a 59 escaños.

Para comprender esas estrategias centristas de Iglesias y Rivera basta con observar el perfil sociológico donde más pescan ambos líderes. Podemos obtiene sus mejores registros entre los menores de 45 años y en las grandes ciudades, mientras que Ciudadanos destaca entre quienes tienen de 30 a 44 años y con estudios superiores.

La gobernabilidad sería un auténtico rompecabezas. Descartada la ayuda de Podemos, Rajoy necesitaría el apoyo del PSOE o, en su defecto, el de una macedonia de fuerzas encabezadas por Ciudadanos que a priori parecen incompatibles entre sí. Es el caso de CiU, que perdería comba (de 16 a 10-12 escaños) a favor de ERC (de 3 a 6-8 diputados).

Poco podría hacer ya con UPD, condenada al ostracismo (de 5 a 1-2 escaños) tras el portazo de Rosa Díez a Rivera. Su fidelidad de voto es de un raquítico 7,7%, y en junio del 2012 rozaba el 80%. Tres cuartos de lo mismo le sucede a IU por efecto de Podemos: de 11 pasaría a 2-4 diputados. Hace tres años, el GESOP le adjudicaba 50.