El nuevo Gabinete

Rubalcaba se marca como objetivo que la sociedad entienda el ajuste

PILAR SANTOS / MAYKA NAVARRO / Madrid

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El flamante vicepresidente primero del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba, marcó ayer en un escueto discurso durante su toma de posesión cuáles será sus prioridades. Ante todo, conseguir la recuperación económica y del empleo aplicando las reformas en marcha. Hasta ahí, ninguna novedad. Las medidas contra la recesión son las que son y no van a cambiar. Pero el ministro añadió también una condición. «Las reformas deben ser asumidas por la sociedad. Si los ciudadanos no asumen las reformas, estas no funcionarán», advirtió Rubalcaba. Su principal tarea será, pues, convencer a la opinión pública de que sin los ajustes emprendidos España no saldrá del pozo. Un reconocimiento implícito de que el Ejecutivo ha fracasado hasta ahora en esa misión.

El nuevo número dos del Gabinete liderado por José Luis Rodríguez Zapatero, con el que el presidente aspira a remontar en las encuestas cara a las elecciones municipales y autonómicas, añadió que, además de las reformas, la austeridad y la cohesión completarán sus objetivos.

LUCHA POR LA IGUALDAD / Rubalcaba pronunció su discurso junto al que deberá ser su colaborador más estrecho en el Ejecutivo, el titular de Presidencia, Ramón Jáuregui. Ante una expectante audiencia formada por varios ministros, numerosos dirigentes del PSOE y decenas de funcionarios y periodistas, el vicepresidente reveló que a su antecesora le preocupa que tras su marcha la lucha por la igualdad de las mujeres deje de ser una prioridad. «No solamente no habrá retrocesos, sino que todo lo que tú tenías pensado se hará como tú tenías pensado», aseguró ante una María Teresa Fernández de la Vega que intentaba contener las lágrimas. Rubalcaba aprovechó su discurso para saludar a los funcionarios que trabajaron con él en la década de los 90, a quienes aseguró que sigue siendo «el mismo» y que tiene «la misma manía» que De la Vega: trabajar mucho. El móvil dejará de sonar, bromeó, lo que duren los partidos de la Champions.

Jáuregui, quien durante el último año y medio ha sido eurodiputado, reconoció que tendrá que hacer una «inmersión» en política nacional. «Espero que dos tardes, dos lecciones magistrales con Alfredo, me basten para ponerme al día», apuntó, parafraseando aquel «la economía te la enseño en dos tardes, José Luis» que le dijo el exministro Jordi Sevilla al propio Zapatero.

En un discurso más ideológico, el nuevo ministro de Presidencia, marcó como tareas del Gobierno «regular de nuevo los mercados y la codicia financiera». «Gobernar es difícil, pero si es preciso, aunque suene melodramático, moriremos en el intento», concluyó entre aplausos de los presentes.

Tras la toma de posesión en la Moncloa, Rubalcaba asistió al traspaso de carteras de la mayoría de los ministros, con los que ya se había visto en la Zarzuela a primera hora de la tarde. Allí, el vicepresidente primero no leyó el párrafo en el que los cargos prometen guardar el secreto de las deliberaciones del Consejo de Ministros. Fuentes gubernamentales explicaron que ya hizo esa promesa cuando asumió el cargo de ministro del Interior.

TRABAJO EN EQUIPO / Tanto Jáuregui como Rubalcaba hicieron especial hincapié en que trabajarán «como un equipo», como una «máquina bien engrasada», codo con codo con el jefe de gabinete de Zapatero, José Enrique Serrano, otro de los supervivientes del felipismo. Fuentes próximas al vicepresidente y portavoz revelaron que tanto el nombre de Jáuregui como el de la nueva titular de Medio Ambiente, Rosa Aguilar, fueron sugeridos por Rubalcaba a Zapatero. También sostuvieron que no es cierta la versión extendida en el Ejecutivo que sostiene que el nuevo vicepresidentete fue el principal responsable de la marcha del socialista vasco al exilio de la Eurocámara. Fuera cual fuera su relación personal en el pasado, por lo escuchado ayer, ambos parecen encarar la nueva tarea con voluntad de colaboración y entendimiento. H