Sobre viejos y ancianos

Leo en un diario la palabra anciano, y me quedo muy sorprendido. ¿He oído, alguna vez, que alguien diga «anciano»? Tengo la impresión de que en castellano se usa más. Anciano, ancianidad... No sé por qué tengo la sensación de que un anciano debe tener más años que un viejo.

El diccionario catalán dice para definir a un anciano: «Quien tiene muchos años». Y el diccionario de la Real Academia Española dictamina que es una persona «de mucha edad». Ya se ve que eso de tener «muchos años» o tener «mucha edad» son soluciones de los lingüistas para no comprometerse dictando sentencia. ¿Se es viejo a los 70, a los 75, o a los 80 años? Cuando yo era joven, un periodista publicó en el diario la noticia de que un automóvil había atropellado a un «anciano de 60 años».

Hoy, creo, no se atrevería escribir esta frase. Hoy, si han atropellado a un académico, un artista o cualquier personaje famoso que tenga realmente muchos años, ya no suele usarse el calificativo. Si hay que dar la noticia lo más habitual es dar a conocer, simplemente, los años que tenía el difunto.

Por otra parte, creo que vell es una palabra catalana nada ofensiva para calificar a alguien. Incluso me parece que suena bien. Es un monosílabo que parece elevarse. Viejo, en cambio, lleva una jota que a los catalanes nos puede parecer gutural, que se arrastra. Anciano es más musical. Se puede insultar a alguien llamándole «viejo», pero las tres sílabas de anciano son demasiado agradables y sonoras para convertirse en insulto.

Sobre la vejez se han escrito frases de una pedantería y falsedad lamentables. Quizá ninguna como la del poeta Ronsard: «El hombre no es viejo si no se considera viejo». Según este criterio, pues, no podríamos decir que un hombre es simpático, guapo o inteligente por el hecho de que está convencido de que es así. ¿No hemos conocido hombres muy pesados que se creen muy graciosos?

La frase más sencilla y más inteligente que conozco sobre la vejez es esta: «Envejecer es la única manera de vivir mucho tiempo».