Rocambole

Pierre-Alexis Ponson de Terrail fue un noble francés que a mediados del siglo XIX fue un exitoso cultivador de un género muy apreciado en la prensa de su época, los folletines o  novelas por entregas (hoy, culebrones televisivos). Su personaje más celebrado fue Rocambole, un pícaro que, aceptado por su marginalidad, evoluciona con los años  por la fantasía de autor y lectores y llega a ser un justiciero. Tal fue el éxito del personaje, que hoy se califica de rocambolesca cualquier situación prolongada, retorcida y disparatada.

Rocambole merece ser recreado por  la plumilla de Miquel Ferreres y colgar del despacho de cuantos se dedican a imaginar nuevos impuestos, que en el momento de hacerse oficiales son automáticamente neutralizados por la Administración adversaria. ¿Quién inventó la broma piadosa de decir que la Generalitat también es Estado? Basta con ver la rocambolesca aparición y neutralización del impuesto sobre los depósitos bancarios -que no pagan los cuentacorrentistas sino la banca- para imaginar todo tipo de aventuras dieciochescas. Eso sí, la banca no afloja y se apunta a la confusión con otro ejercicio de esgrima de impugnación y aval. Terrail llegó a escribir 73 volúmenes de Rocambole. ¡Ánimo Montoro!, ¡Força Mas-Colell!