Otro referendo

Igual hay que hacer otro referendo. En este caso, para saber si en Catalunya hay crispación o no, porque yo no me aclaro. El líder del PSC, Pere Navarro, ha dicho que sí. Lo dijo después de recibir un puñetazo en Terrassa. Y añadió que la crispación está provocada por el clima político que se vive en Catalunya. «¿Y cómo sabe que es por eso?», le preguntaron, y Navarro contestó que es un presentimiento. O sea, que saberlo a ciencia cierta, no lo sabe, sino que es una sensación, una intuición, una sospecha. Pues, como argumento, no me suena muy consistente aunque, lo admito, yo tengo la misma sospecha. En cambio, otros partidos no tienen la misma opinión: CiU y ERC consideran que Navarro exagera, y que busca crispación donde no la hay. ¿Y cómo lo saben?, me pregunto. ¿Es que han hecho un estudio sobre la crispación? Porque si lo han hecho, me gustaría ver los resultados. ¿O también es un presentimiento? Porque si es eso, ya estamos otra vez como antes, con un argumento más bien inconsistente.

El portavoz de CiU en el Parlament, Jordi Turull, ha declarado que «Catalunya es un país que destaca por su civismo y que rechaza las actitudes violentas». Estoy totalmente de acuerdo con él, aunque también tengo la sensación de que a veces son más visibles unos rechazos que otros. Por ejemplo, en televisión. Aunque no es más que una sensación, repito, porque yo tampoco he hecho un estudio. Y no sé por qué será, si por el proceso soberanista, por los recortes o será porque ya forman parte del civismo habitual, pero últimamente he visto en los medios de comunicación noticias como estas: asalto a la sede del PSC en el barrio de Les Corts por un grupo de personas gritando consignas a favor de la independencia; en un mes, diciembre del año pasado, la sede central de Convergència sufrió tres ataques, que incluyeron pintadas de «Catalunya es España» y «Fuera separatismo»; el PP denuncia una amenaza de muerte a una de sus diputadas en el Congreso y concejala en Girona.

Son solo tres ejemplos, porque hay más, que igual no quieren decir nada especial porque ya nos hemos acostumbrado a convivir así. A lo mejor eso es lo normal. Es más, a lo mejor tendríamos que estar muy contentos de ser tan normales y civilizados. Igual aspirar a más respeto ya es pedir demasiado. Pues, si es así, a lo mejor también es normal que Mas y Rajoy hayan asistido al mismo acto sin intercambiar ni una sola palabra. Para que hablar si no pasa nada, y todo es normal.

Pero resulta que mientras, en Catalunya, unos tienen el presentimiento de que aquí hay crispación, y otros sospechan todo lo contrario. Y, mientras, más de uno tiene la sensación de que todos barren para su casa, ya sean unionistas, separatistas o federalistas. ¡Madre mía, qué ganas tengo de que hagan rápidamente ese otro referendo para que podamos saber si hay crispación o no!