Las fiestas de la Mercè más descentralizadas

La fiesta mayor de Barcelona vuelve, del 22 al 25 de septiembre, con ganas de ser más grande que nunca. Lo será por el presupuesto y porque se irradia por los barrios en lugar de concentrarse al cien por cien en la zona de Ciutat Vella, el tradicional meollo de todos los fastos y actos de la capital catalana. La bonanza económica de las cuentas municipales ha permitido la ampliación del presupuesto hasta los 3,3 millones de euros para una oferta que se extenderá por la mitad de los distritos, algo que no tiene precedentes. El éxito del experimento del pasado año –llevar parte de la fiesta al parque de la Trinitat Vella– ha impulsado a potenciarlo en esta edición con el parque de Sant Martí o la plaza Major de Nou Barris.

Esta descentralización solo puede calificarse como positiva, tanto por la descongestión que supone para el centro como por la idea de que otras áreas se sientan más barcelonesas, más partícipes de la vida de la ciudad. Así, el 'fem barris' de la línea programática del actual gobierno municipal también alcanza a la Mercè, aunque también es obvio que el centro seguirá como el gran polo de atracción. La Rambla del Raval y la plaza Reial se incorporan a los escenarios de una programación exuberante para solo cuatro días, con la lejana Reykjavik de ciudad invitada. Un mes después de que el corazón de la ciudad sufriera un terrible golpe, la Mercè se presenta por lo tanto como una excelente ocasión para disfrutar de la fiesta, de la convivencia y de la normalidad más gozosas.