Catalunya, entre el 27-S y el 20-D

Las claves de Ada Colau

La actitud de la alcaldesa de Barcelona tendrá un peso decisivo en el devenir de la política catalana

XAVIER BRU DE SALA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

A un lado del espectro del sí-noDuran Lleida se arriesga a quedarse sin escaño. En el otro, Barcelona en Comú (BC) decide converger con los habituales del derecho a decidir de las izquierdas alternativas. Seguro que el espacio de la negociación y el diálogo sin ruptura es una realidad social en Catalunya. Seguro que en otras circunstancias Duran contaría con el apoyo de una parte importante del electorado que va del centroizquierda a la derecha moderada. Pero en la situación presente, ya se sabe, la polarización constriñe. Espadaler se declara víctima total. Rabell, parcial. ¿Se acaban aquí las explicaciones? ¿Ningún error de posicionamiento? La respuesta, en el éxito de BC.

A diferencia de UDC y Catalunya Sí que es Pot, candidaturas favorables al derecho a decidir, Ada Colau no fue percibida como antiindependentista. No lo es. La independencia no es la opción preferida de BC, pero podría llegar a serlo. Depende de los cambios en España. De las posibilidades reales de detener y revertir la muy marcada deriva de España hacia el incremento de la desigualdad. Mensaje subyacente de BC: si lo podemos hacer juntos, manos a la obra; si no, iremos tirando. Pero no renunciaremos de ninguna forma a operar en el laboratorio social en que se están convirtiendo Barcelona y Catalunya. ¿Más conciso? Hoy por hoy, sí-no, pero en caso de que España no cambie, sí-sí. Es lógico. Es oportuno. Tiene sentido. Una leona joven como Ada Colau se posiciona mejor en el nuevo paradigma del pleito territorial que un gato tan experimentado como Duran Lleida, encaramado en el limbo de la equidistancia. Resumamos la clave de Colau en siete sílabas: sí-no, y si no, sí-sí.

Además, la identificación del enemigo ya no causará tanta incomodidad. En las municipales barcelonesas, el enemigo a batir era el Artur Mas de Convergència, lo que contribuyó, y mucho, a la victoria de Colau (y esta victoria fue la clave del pacto de JxS, hasta entonces inviable). Ahora bien, cara al 27-S, atacar la efigie de Mas como líder soberanista escondido en el pajar de JxS era bastante más problemático, sobre todo porque te volvía antiindependentista ante un electorado que no lo descarta. La alcaldesa no se apuntó. Al contrario: a los cuatro días del revolcón de Catalunya Sí que es Pot, Colau leía el manifiesto de apoyo al president Mas, imputado por el éxito de las urnas. Ahora bien, ante las generales el enemigo a batir es en primera instancia el PP, en segunda el PSOE y en conjunto el bipartidismo que ha traído el malestar. Colau quizá no tiene muchas claves, porque el poder político de Barcelona es escaso, pero sin duda sabe dónde se esconden.

A pesar del acierto de la radiografía y la posición, BC no concurre sola. Habrá que esclarecer si Herrera y Camats, atrapados con Duran en el mismo ascensor de bajada, se decantarán, a la hora determinante de confeccionar las listas, por el pragmatismo bifronte de Colau o por la sumisión a Podemos. Además del propio, el espacio electoral que la CUP dejará libre puede ser aprovechado, o no, por la candidatura de confluencia de izquierdas. Depende del caso que hagan a BC. Si son dos a uno, ICV y Podemos contra BC, el invento quedará cojo. Si hay equilibrio y candidatos creíbles, puede ser la segunda fuerza, detrás de la reedición de JxS y por delante de Ciudadanos y los socialistas.

Según el grado de éxito de esta candidatura, el proyecto que encabeza la alcaldesa tomará más o menos vuelo en la ciudad de Barcelona. De momento, el equipo toma posiciones, tantea el terreno y expresa voluntad transformadora. No han venido a gestionar lo que había sino a cambiar la administración de la ciudad y su orientación. No lo tienen fácil, por tres motivos. El primero, la inexperiencia, enfermedad que se cura con el paso de las semanas. El segundo, la poca definición estratégica y la escasa concreción de las propuestas, que repercute en un liderazgo difuminado. El tercero, la minoría, casi exigua, del gobierno de la ciudad.

La clave del éxito de BC se encuentra en buena parte en los resultados del 20-D. La posibilidad de alianzas más estables, también. Pero contará sobre todo el acierto o el error en las propuestas. Por supuesto, el acento social funcionará más allá de los gestos. El resto, ya lo iremos viendo. Alerta, como indicador, a la conversión del tranvía por la Diagonal en un proyecto estrella, porque Colau puede chocar. Hay precedentes. Por poco que estudie el tema, caerá en la cuenta de que ante la irrupción, inminente, del bus eléctrico, el tranvía pierde su única ventaja, que es la de cero emisiones, y solo presenta inconvenientes. ¿La barrera de un tren en mitad de Barcelona en la época del bus eléctrico? ¡Imposible! ¡Inviable! Veremos cuánto tarda en darse cuenta. Si es habilidosa a la hora de rectificar o si se empecina, se encalla y se queda trabada.