Empordanet

En una atractiva colección de 'Guies sentimentals' que publica la Editorial Pòrtic, hace poco que ha salido la del Empordanet, escrita por uno de los narradores más interesantes de su generación. Quizá el que se enfrenta a la lengua con más intensidad y con más conocimiento de causa, y con una sanísima tendencia a decir lo que piensa, no lo que toca sino lo que (le) conviene. Se llama Adrià Pujol y es el hijo de Jordi Pujol Cofan, que fue corrector de Josep Pla.

Con todos estos referentes, escribir una guía sobre el Empordanet (seguramente la «co-marca», como dice Pujol, con más «prosas infladas» del mundo) no solo era arriesgado sino necesario. Arriesgado, porque la losa de Pla, el 'monstruo', el 'Terminator', es tan pesada, tan presente, tan difícil de esquivar, que a la vez sirve de impulso y de tropiezo, de reto y estorbo. Y necesario, porque la literatura consiste en decir con nuevas combinaciones y nuevas miradas todo aquello que es permanente y proteiforme, constante y cambiante.

Bueno, Adrià Pujol ha conseguido escribir esta guía. Y más que eso. Lo ha hecho con calidad y frescura y con una libertad absoluta, formal y conceptual. Conoce «las joyas y las miserias familiares» y las explica. Sirve, no hace falta decirlo, para el turista accidental que quiere reseguir el país, pero sobre todo para el lector atento que disfruta de la sabiduría y la bondad literarias. Sin sentimentalismos, con el sentimiento de quien camina por los márgenes y sabe a dónde va.