'La costa nostra'

Desde el norte del Empordà hasta el sur de Marbella. La mayor parte de la burbuja inmobiliaria del litoral mediterráneo español se ha levantado con dinero del narcotráfico. Se lo ha asegurado Roberto Saviano a Jordi Évole en un encuentro clandestino en Nueva York (Salvados, La Sexta). Y le ha concretado: «Hay 50 kilómetros del litoral de Marbella que los capos de los cárteles los llaman La costa nostra». ¡Ahh!  Évole no salía de su asombro. El programa, titulado Drogas SA, ha sido casi un documental: desde la imposibilidad física de poder controlar cada uno de los 45.000 contenedores que llegan cada día a los puertos españoles (solo en Algeciras, 7.000 cada 24 horas), hasta los nuevos métodos de los cárteles para blanquear el dinero («Cada vez usan menos los paraísos fiscales. Van directamente los bancos europeos que han encontrado en el narcotráfico su tabla de salvación»). Un repaso demoledor, con un apéndice sobre ETA: según Saviano, la Camorra italiana compraba droga a ETA y la pagaba con armas. Estupefacto, Évole le preguntó cómo es posible todo esto. Saviano contestó: «Nada hay más rentable y más seguro que la coca. Solo se decomisa el 2%. Si usted compra mil dólares de acciones de Apple, por ejemplo, al cabo de un año tendrá, con suerte, 1.300 o 1.500. Si mete mil dólares en la cocaína, al cabo de un año le darán 182.000 dólares». Y concluyó, sonriendo con tristeza: «Se lo voy a decir con una expresión catalana: la pela és la pela».

ANASAGASTI COGIÓ EL FUSIL.- Efectivamente, tal y como les avancé ayer, Iñaki Anasagasti ha disparado en su entrevista con Risto Mejide (Viajando con Chester, Cuatro). Y ha apuntado alto.  Del Rey ha dicho que es un corrupto y un gran corruptor. De Felipe González, que es un lobista al servicio de Carlos Slim. De Aznar, que es un acomplejado. De Zapatero, que improvisa y que no tiene columna vertebral sólida. De Rajoy, que es un «cachondo» que desaparece para ir a fumarse un puro y ver partidos de fútbol en la tele. De Mas, que no puede hacer otra cosa dado que han ahogado a Catalunya económicamente. Y un souvenir para Miquel Roca, recordando los días (1980) en que Euskadi obtuvo la Hacienda propia: «Lo de Roca fue pintoresco. Decía que no hay cosa más odiosa que la recaudación. Cuando lo cierto es que quien recauda, manda». Efectivamente. De aquellas lluvias han venido los actuales lodos.