Geometría variable

La consulta según Iceta

JOAN TAPIA

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Elcaso Bárcenas está al rojo vivo pero en Catalunya se sigue discutiendo la propuesta federal del PSC y el PSOE.Artur Mashace una objeción seria: la reforma constitucional precisa el acuerdo del PP. Cierto, al igual que la consulta. A no ser que se opte por el desastre de la vía kosovar.

En sectores críticos del PSC -donde hay gente con peso específico y sentido de la responsabilidad- se valora positivamente que el PSOE haya asumido la propuesta federal, pero se cree quePere Navarrosolo la debía haber aplaudido como un primer paso. Sin suscribirla. Pero en lo que todo el socialismo coincide -desdeRubalcabaaJordi Martí-es en que el inmovilismo de Madrid complica toda solución federal (desde las más cautelosa deRubalcabahasta las más asimétrica deÀngel Ros).Ayer, la encuesta poselectoral del CIS lo confirmó. Nada menos que un 82,7% cree que la política de Rajoy perjudica a Catalunya y el 40% (porcentaje altísimo aunque no mayoritario) está por el derecho a decidir. Según el CIS, que, dicho sea de paso, acierta mas que el CEO.

Pere Navarrocree que ha cumplido porque considera que el compromiso del PSOE de abrir el melón de la reforma constitucional es un paso sustancial y que, a medio plazo, sobre todo si se queda sin mayoría o pierde, el PP no podrá ignorar la presión del PSOE, de IU y de los nacionalistas.Miquel Iceta,eterno estratega del PSC que ha negociado conRamón Jáureguihasta la extenuación, cree, además, que la reforma constitucional será de facto el derecho a decidir. Si hay reforma como la que propone el PSOE -citando las autonomías- deberá haber un referendo en toda España. Y Catalunya tendrá que pronunciarse. No sobre la independencia (suponiendo que esa sea la misteriosa pregunta queArtur Masguarda en secreto, suponiendo que la sepa), sino sobre si se acepta la nueva Constitución española.

Icetaes optimista. Si se abre el melón constitucional, todo partido español responsable querrá que la reforma sea aprobada en Catalunya, porque unnocatalán sería un muy serio factor de inestabilidad. SiMiquel Roca(CDC) yJordi Solé Tura(entonces PSUC, luego PSC) lograron en 1978 -con los militares del antiguo régimen vigilando- el reconocimiento de la nacionalidad, ahora se iría más lejos y se oficializaría la ordinalidad de la financiación como un pacto fiscal constitucionalizado.Icetarecuerda queAdolfo Suárezavaló los derechos históricos del País Vasco para que, en la Constitución, el PNV se abstuviera (a ETA el concierto económico le traía sin cuidado). En este marco, todo político español con dos dedos de frente sería consciente de que España no podía permitirse no cerrar un pacto histórico con Catalunya. Por eso la derecha recalcitrante se niega a abrir el melón.

¿Va por ahí Catalunya? Según el CIS, el 48% se dice nacionalista, el 47% no. Y en nacionalismo (mínimo 1, máximo 10), los catalanes se sitúan en el 5,9, a igual distancia -dirección contraria- de CiU y del PSC. La ICV deJoan Herrera(5,62) está casi en el promedio y la ERC deOriol Junqueras(8,99) está muy lejos (4 puntos). Otra cosa es lo que pasa cuando CiU -el tradicional partido del orden- bendice ante un electorado irritado por la sentencia del Estatut las tesis deJunqueras.Entonces todo se descompone.