Festival de cine de Sitges: pasarlo mal a gusto

Desde hace ya 50 años, el festival de Sitges provee anualmente de momentos inolvidables a unos visitantes ávidos, a menudo, de las emociones más extremas. El terror no tiene forma, como decía aquel clásico de los 80 de Chuck Russell, o como mínimo no una sola. O por decirlo de otro modo: mil gritos tiene la noche. Cada uno tiene su forma favorita de pasar miedo, y eso puede significar desde el susto barato pero efectivo (o, mira, solo era un gato) hasta un terror que puede ser más como una humedad que va esparciéndose poco a poco.

Hemos preguntado a miembros del equipo del festival (incluyendo a su director, Ángel Sala), periodistas y críticos con gusto por el terror, o cineastas que han traído o traen este año sus películas a Sitges cuál ha sido su Momento de Miedo Favorito en Sitges. Se trataba de recordar instantes cinematográficos, pero la anécdota, por qué no, podía trascender la pantalla.

Debajo, el resultado de la encuesta, un pequeño repaso a los últimos años de un festival que en el 2017 gana poder de convocatoria: en los dos primeros días de venta de tíquets, ya ha despachado un 47,24% más de entradas que el año pasado. No tardéis en buscar las vuestras. Y a pasarlo (bien) mal.

NO ME HABLES DE ESA PELÍCULA

Javier Parra, editor de Aterrorízate

"Mi momento de máximo terror vivido fue en el 2011, en el Auditori y a altas horas de la madrugada. Se proyectaba 'Grave encounters', de la que un servidor apenas sabía nada. Tal vez fuese la falta de sueño, pero el terror que infundió en mí ese falso documental se quedó grabado a fuego en mi subconsciente y fue fuente de pesadillas durante varias semanas en las que no quise ni oír hablar de la película".

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FANTASMA A PASO LENTO

Gerard Casau, crítico de cine y adjunto del departamento de publicaciones del festival

"Las siete de la tarde del 10 de octubre del 2001. Se apagan las luces del Auditori y empieza la película que, desde ese infausto día, siempre asociaré al hecho de pasar miedo en el cine (y en Sitges): 'Pulse', historia de espectros virales imaginada por Kiyoshi Kurosawa. La culpa fue, sobre todo, de esa escena en la que un fantasma se va aproximando con la lentitud de una pesadilla a uno de los protagonistas, y este solo puede refugiarse (inútilmente) tras un sofá".

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TEMORES ESPAÑOLES

Raúl Cornejo, periodista

"Eva Llorach sale corriendo de una bar, tropieza y se golpea en la cabeza con un bolardo. Aturdida y ligeramente ensangrentada, camina por las calles de Madrid sin un rumbo fijo. En un momento dado se para y parece buscar consuelo en una imagen: la bandera española de la Plaza de Colón. El único problema es que tras el golpe sólo la puede ver desenfocada, causándole más desconcierto. Dicen que 'Gente en sitios' es una comedia. Yo prefiero verla como una película de terror que diseccionó los temores de la España contemporánea. La angustia de Llorach y la imagen irreal de esa bandera me supusieron más desasosiego y angustia que cualquier cabeza decapitada o zombi que Sitges nos ofreciera ese año 2012".

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A QUIEN MADRUGA, DIOS LE ASUSTA

Mariló García, periodista

"¿Terror? Ver 16 películas en cuatro días. ¡Madrugar para pasar miedo! Caminar de vuelta del pueblo de noche y sentirme perseguida, como en 'It follows'. Comer cerca del cementerio tras ver 'The babadook' (foto). Que un tipo disfrazado de Rick de 'The walking dead' me confunda con Mariló Montero".

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MIEDO Y PENA

Xavier Gens, director de 'La piel fría'

"Para mí, el momento más inolvidable fue la proyección de '[REC]', de Balagueró y Plaza. La película me dio tanto miedo que, por momentos, ni siquiera me atrevía a mirar a la pantalla. Nunca he pasado tanto miedo en Sitges. Y, desde luego, el momento más emocional fue la proyección de 'El orfanato' (foto), de J. A. Bayona. Al final de la película estaba aterrorizado, pero, a la vez, con la cara llena de lágrimas. Sitges es todavía uno de los mejores lugares que se puedan imaginar para disfrutar del cine de género".

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EL APAGÓN MÁS OPORTUNO

Alba Laguna, responsable de prensa del festival

"Recuerdo un pase en Sitges 2005, en una de mis primeras visitas al festival. La película era 'El exorcismo de Emily Rose', de Scott Derrickson, una cinta de posesiones especialmente realista. Pero el momento más terrorífico llegó cuando en un momento álgido de la historia, ya de madrugada, hubo un apagón más que inquietante en el Auditori. Muchos de los asistentes aún lo recuerdan… y las leyendas urbanas dicen que todo el asunto fue orquestado desde arriba".

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PUERTA AL OTRO LADO

Diego López, programador de la sección Brigadoon del festival

"Me remonto al Sitges del 2001. En la madrugada del primer sábado, en el cine El Retiro, se proyectaba un filme totalmente desconocido para un servidor, 'The black door', dirigido por una mujer, Kit Wong, inusual en aquel momento. La cinta removió aquella noche mis terrores con todo tipo de herramientas oscuras. Pentagramas, cultos, espíritus, sacrificios, grabaciones endemoniadas y un nombre que jamás me sacaré de la cabeza: Balmaseda".

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CITA ARRIESGADA

Alberto Marini, director de 'Summer camp' y guionista de 'Mientras duermes'

"Nunca olvidaré cuando llevé a mi chica a su primer festival y nos plantamos delante de 'La casa de los mil cadáveres'. Cuando el personaje de Otis (Bill Moseley) se carga a un policía, hubo en la sala un estallido espontáneo de aplausos, gritos, abrazos. ¡Cosas de Sitges! Me volví riendo hacia ella y entonces lo vi: el terror más profundo y puro. 'Están todos locos, quiero irme', dijo mi chica. Estaba aterrada, pero no por la peli. En un instante pensé que me había cargado la cita, además de la relación. El terror se volvió mío, puro y profundo. Ella tuvo que notarlo y se apiadó. Seguimos en la sala. Y seguimos juntos aún hoy, volviendo a Sitges cada año".

ALGO MALIGNO

Paco Plaza, director de Verónica y codirector de la saga '[REC]'

"No sé si porque eran las ocho de la mañana o qué, pero el caso es que 'The Lords of Salem' me golpeó como nada lo hacía desde hacía tiempo. Y la sensación desagradable me duró varios días. No me la quitaba de la cabeza, pero tampoco recordaba nada en concreto, solo sentía pesadumbre y oscuridad. Creo que esa película tiene algo maligno dentro. No la he vuelto a ver, ni creo que lo haga nunca, a pesar de que me parece una de las grandes películas de terror de lo que llevamos de siglo".

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EL SUSTO DEL SIGLO

Ángel Sala, director del festival

"En 1990 todos los espectadores de Sitges esperábamos con cierta expectación el estreno de 'El exorcista III', anunciada como la auténtica secuela de la mítica película de William Friedkin. Su tono de 'thriller' pausado no hacía prever sustos ni terrores imprevistos. Una larga secuencia en un hospital, con un interminable plano tomado desde el final de un pasillo, empezaba a agotar nuestra paciencia. Y, de repente, un violento movimiento de cámara, acompañado de un zumbido extraño, ilustraba un terrible asesinato en el lugar a base de unas inmensas tenazas quirúrgicas. Todo el Retiro saltó de sus butacas, yo incluido".

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TRES IMÁGENES PARA SIEMPRE

Sergi Sánchez, crítico de cine

"A los 20 años, en una maratón de madrugada en El Retiro, después de sufrir horas de lluvia inclemente para conseguir entradas, me topo por sorpresa con una película que me aterra, 'Henry, retrato de un asesino' (foto). Nunca olvidaré la escena de la tele, como nunca olvidaré al Creeper de 'Jeepers creepers' comiéndose la lengua de una cabeza cortada o a la ominosa sombra de 'The Babadook' asomándose a la cama de una madre neurótica".

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AGUA POCO CORRIENTE

Xavi Sánchez Pons, crítico de cine

"Uno de los momentos más terroríficos que recuerdo es la proyección en El Retiro en 2002 de 'Dark water', la versión original japonesa. Recuerdo que fue al mediodía, pero eso no disminuyó el impacto. Su clímax final me causó un pavor absoluto y puedo jurar que lo pasé tan mal, lloré y todo, que acabé viendo la película de pie. Levantarme hizo aquello más llevadero. Menos mal que estaba en las últimas filas del cine y no molesté a nadie".