CITA MULTITUDINARIA EN SANTA COLOMA

El Xanadú rockero

La primera jornada del Rock Fest Barcelona reúne a miles de personas en Can Zam con un programa encabezado por Scorpions

Klaus Meine, el cantante de Scorpions, en pleno concierto.

Klaus Meine, el cantante de Scorpions, en pleno concierto.

JORDI BIANCIOTTO
SANTA COLOMA DE GRAMENET

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No es exagerado afirmar que nunca en Barcelona se habían reunido tantos grupos significativos de hard rock y heavy metal como estos días en Can Zam. En el Rock Fest Barcelona, que celebra su segunda edición, ampliada, hay material para suministrar hondas emociones a un público rockero de la vieja escuela habituado a vivir en la escasez, que anoche, en la primera de las tres jornadas programadas, cerró filas, en modo multitudinario, ante grupos venerables como los alemanes Scorpions, el plato fuerte de la noche.

El parque de Can Zam, con sus contornos ajardinados, fue un apto, aireado, marco para el festival, pasando por alto la fatal ausencia de metro nocturno (excepto mañana), suplida por un voluntarioso autobús lanzadera, y la lentitud de los accesos, donde se formaron largas colas.

En su alejamiento de la ruta barcelonesa de conciertos podemos ver una metáfora de la periférica realidad de estos grupos de metal y rock clásico. Artistas como Rosendo, el exlíder de Leño, que animó el atardecer, bajo un sol disuasorio (calor un poco atenuada por vaporizadores que refrescaban el ambiente en torno a las barras), con un recorrido por su trayectoria, luciendo una voz muy erosionada, hasta los días de Leño, grupo al que citó al final en Maneras de vivir. O la banda bostoniana Dream Theater, con su tecnicista metal progresivo, quizá poco festivalero, luciendo el virtuosismo de John Petrucci.

Los dos escenarios levantados, uno al lado del otro, permitieron la agilidad en las pausas entre grupo y grupo, un punto sensible de todo festival. Así que Status Quo salió puntual, respaldado por una muralla de amplificadores Marshall que daba al cuadro una imagen de rock setentero. La especialidad, al fin y al cabo, de los británicos, rockeros seculares con tendencia al boogie trotón, blandiendo las guitarras de Francis Rossi y Rick Parfitt.

Ahí estuvieron los hits del grupo, In the army now y Whatever you want, en un repertorio compacto, sin espacios muertos, que avanzó a través de rescates como Roll over lay down y el rock'n'roll Down down. Y para terminar, su versión de Rockin' all over the world, de John Fogerty, la canción con la que en 1985 abrieron el Live Aid.

50º aniversario

Scorpions fue el grupo estrella y se notó: escenario con dos niveles y despliegue de vídeo con sofisticadas realizaciones. Abrieron con Going out with a band, de su nuevo disco, Return to forever, y procedieron a la celebración de su 50º aniversario retrocediendo hasta Make it real (ilustrada con una gigantesca bandera española que levantó amagos de protesta), The zoo, y la instrumental Coast to coast, dominada por la guitarra Flying V de Rudolf Schenker.

Citas a los 70 en un medley de Top of the bill, Steamrock fever, Speedy's coming y Catch your train, baladas épicas (Wind of change, Still loving you) y clásicos filometálicos (Dynamite, Blackout, Rock you like a hurricane) con un Klaus Meine en buena forma vocal a sus 67 castigados años. El rock duro de una época. Hoy y mañana, más raciones en Can Zam.

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