El perseguido escritor italiano publica su último libro, 'CeroCeroCero'

Roberto Saviano «Acabas por ser lo que retratas»

Roberto Saviano «Am illa alit vel ullandreet quis iustrupd er»_MEDIA_1

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ROSSEND DOMÈNECH
ROMA

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«Todos esnifan y si no lo ves es porque tú también lo haces». Es el perentorio inicio del libro que ha escrito Roberto Saviano sobre «cómo la cocaína gobierna el mundo». Explica que el «oro blanco» se está adueñando de la economía mundial porque ofrece la liquidez que política y finanzas no tienen. Amenazado de muerte (se pregunta si no habría sido mejor ser más prudente y diplomático y así vivir más tranquilo), dedica CeroCeroCero (Anagrama / Empúries) a los carabineros que le han escoltado durante 38.000 horas ya. Responde por correo electrónico y a través de Skype.

-Su libro es descorazonador, porque si el narcotráfico ya es tan grande, no se puede hacer nada.

-Es verdad. Haber inundado al lector de historias y datos sobre el narcotráfico, el blanqueo y el progresivo deterioro de las democracias no deja demasiado espacio a la esperanza. Sugiero que es imposible que no veas cuántas personas usan cocaína a tu alrededor, a no ser que tú también la uses, y que es imposible no darse cuenta de cuántas economías son rehenes de los narcocapitales y del blanqueo.

-¿Lo que usted cuenta está documentado?

-Las fuentes son todas oficiales. Al principio reflexioné sobre la forma narrativa y pensé en un texto de ficción, pero me pareció absurdo trasladar a la ficción unas historias que, por el solo hecho de relatarlas, ya parecen increíbles.

-Escribe que «la cocaína es la respuesta a la falta de límites».

-Ciertamente. La coca es la droga por excelencia del rendimiento y en una sociedad transformada por  la velocidad es el carburante necesario. Usan coca todos aquellos que tienen que ir más allá de los límites fisiológicos que impone el propio cuerpo, el camionero con turnos inhumanos y los que están sometidos a ritmos apretados. En muchos casos, no es la droga de la alucinación, sino el carburante cotidiano.

-Escribe que es más peligrosa que los pozos de petróleo. Pero por el oro negro se libran guerras.

-Por el petróleo se libran guerras que llaman la atención y crean debate. Por el oro blanco, las libran los carteles criminales entre sí, con muertes que la sociedad civil considera naturales. Escucho con frecuencia que «mientras se maten entre ellos no nos importa». No existen muertos culpables y muertos inocentes. Por la coca se libra una guerra constante y perenne en un campo de batalla que abarca desde Suramérica, atraviesa EEUU y Canadá, llega a Europa y África y por los Balcanes alcanza Rusia. Es peligrosa porque genera un mercado increíble que a la política de cualquier lugar le cuesta controlar y porque aún se afronta como si fuese principalmente una cuestión moral, de malestar social, y no como el negocio más ventajoso que existe.

-Se entrevén críticas a las autoridades por estar un paso atrás.

-Así es. Ocupados como están los políticos en decir que los problemas son otros, no se dan cuenta de que han llevado a las organizaciones criminales a ser el único baluarte, punto firme y garantía para aquellas partes de la población que viven marginadas. Las organizaciones criminales ofrecen más garantías que la justicia, por ejemplo para recuperar créditos, y distribuyen mercancías, ofrecen carburantes y mano de obra competitivos. Han sustituido a un estado ausente.

-Afirma que «España es un lugar ideal para los narcos» e incluso que «la bolsa de la droga» se ha trasladado de Ámsterdam a Madrid.

-España, como Italia, pero más que Italia, atraviesa una crisis económica devastadora y en este contexto los capitales que genera el narcotráfico son necesarios para la supervivencia de su economía. Las mafias atacan e invaden a los estados económicamente débiles, conscientes de que son el andamio que lo sostiene todo.

-Afirma que ETA vendió coca por armas. ¿De dónde sale esto?

-Me ha chocado siempre mucho que las autoridades y una parte de la izquierda españolas hayan siempre negado relaciones entre ETA y narcotráfico. En Italia existen informes demostrados por investigaciones, relatados por dos colaboradores (arrepentidos), Maurizio Prestieri y Raffaele Spinello. Se trató de armas facilitadas por la Camorra a cambio de cocaína proporcionada por los guerrilleros de las FARC. Este fue el pacto entre ETA y la Camorra.

-¿La empresa mafiosa funciona mejor que la legal por sus férreas leyes internas?

-Las organizaciones criminales vencen en el momento en que nuestras reglas no son un dique para ellos. Es como si actuasen en un mundo paralelo, pero chupando la sangre al nuestro e inundando de capitales criminales nuestro sistema económico.

-«Es un error querer eliminar el mal desde Colombia», escribe.

-Sin demanda, la oferta no tiene sentido. La coca tiene sus raíces en Suramérica y las hojas entre nosotros. Las hojas deben ser desarraigadas teniendo en cuenta la difusión capilar de la cocaína, el volumen de negocios que genera y concibiendo políticas no solo represivas, sino preventivas. Con frecuencia hablo de legalizar las drogas, sabiendo que es controvertido, porque la represión produce consenso y permite transformar la droga en una cuestión moral en lugar de reflexionar sobre su aspecto económico. La legalización constituiría un golpe de gracia a las organizaciones criminales.

-En varios momentos lamenta que estamos distraídos y le dan ganas de gritar, pero es difícil mantener vivos unos temas que molestan.

 

-Es el punto central. Se trata de noticias que es más fácil pasarlas como marginales que necesarias. Volvemos al «mientras se maten entre ellos», cuando nunca se matan entre sí, sino que matan a periodistas que relatan sus negocios, o a empresarios que no se doblan a sus amenazas. La política es miope sobre estos temas. Y cuando sale el muerto se saca un poco de indignación y al cabo de una semana, todo olvidado.

-Al final de libro escribe que, tras haber visto el abismo del narcotráfico, se siente un monstruo. ¿No cree que estos abismos han existido siempre y que la diferencia es que, actualmente, los conocemos?

-Es verdad. El abismo del que hablo no es más que la conciencia que se adquiere mirando el monstruo a los ojos y cuando las historias que recoges y estudias te entran dentro y no consigues considerarlas sino como tuyas. Acabas por ser lo que relatas.