GENTE CORRIENTE

«En las historias de zombis no hay corrección política»

Sergi Viciana es el profe friki, una autoridad en el género zombi que recurre a los muertos vivientes para que sus alumnos lean

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POR
Gemma
Tramullas

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La camiseta estampada con la carátula de 'El amanecer de los muertos' en versión Snoopy le delata. Sergi Viciana, de 39 años, es profesor de lengua y literatura castellana en el instituto La Bastida de Santa Coloma de Gramenet, responsable de comunicación de la Eurocon -la mayor convención europea de literatura de género, que se celebrará en Barcelona los días 4, 5 y 6 de noviembre- y crítico del portal fantifica.com.

-¿Es un profe friki? Mucho. Soy un profe friki y muy orgulloso. Cuando sale alguien raro en la tele se dice que es un friki, pero eso es un 'freak'. El autor Marc Pastor dice que los frikis somos gente culturalmente dispersa. Es una definición muy apropiada porque nos interesa todo.

-Con sus camisetas de zombis seguro que se mete a los alumnos en el bolsillo. Soy un poco payaso y dicen que mis clases son divertidas. Pero también tengo alumnos que son muy 'muggles' [los personajes sin habilidades mágicas de 'Harry Potter'] y solo les interesan los dramones ultrarrealistas.

-Ya veo que ese no es su estilo. Algunos aún consideran que el realismo es literatura seria, y la ciencia ficción, basura. Pero la gente de mi generación y los más jóvenes nunca hemos hecho la distinción entre realismo y friquismo. En la tele igual veías 'Falcon Crest' que 'El coche fantástico'.

-¿Qué programa le marcó a usted? 'Bola de Drac'. Y también me encantaban las películas de terror. Sufría, pero me enganchaban porque podía pasar cualquier cosa. En las historias de zombis no existe la corrección política, puedes hacer cualquier barrabasada. Si George A. Romero hace que maten a tres zombis negros a nadie se le ocurre llamarle racista, porque el zombi es una metáfora vacía, no son personas.

-¿La ciencia ficción, la fantasía y el terror son espacios de libertad? Sí, porque en nuestra sociedad hay muchas cosas que no se pueden hacer ni decir. Además, el realismo nos dice que el único mundo posible es el nuestro, el del capitalismo triunfante; en cambio, el género no realista siempre lleva implícito el mensaje de que hay otros mundos posibles.

-Las películas y series sobre vampiros triunfan entre los adolescentes. Son personajes diferentes y cuando eres adolescente te sientes raro, te estás buscando a ti mismo y tu lugar en el mundo. Cuando ves una historia con un vampiro como protagonista te identificas con él.

-¿De qué vivencia alumno-profesor está más orgulloso?

-En el instituto Manuel Vázquez Montalbán de Sant Adrià, donde van muchos jóvenes de La Mina, conocí a un chico muy conflictivo que era fan del cine de terror. Le descubrí clásicos como 'Halloween' y 'La Cosa', tuvimos mucho 'feeling' y acabó sacándose la ESO y un grado de automoción.

-¿Colegios e institutos podrían recurrir más al género para motivar a los alumnos? Como profe tienes poco margen. En cualquier país civilizado, Perucho -que tiene una novela de vampiros espectacular ambientada en las guerras carlistas- estaría en un pedestal, pero aquí apenas se menciona. El franquismo hizo mucho daño y el antifranquismo también, porque parecía que solo se podía hacer denuncia social.

-Es jefe del departamento de lengua castellana en La Bastida algo podrá hacer. En primero de ESO cambié 'Historia de una gaviota'..., de Luis Sepúlveda -que es como un Coelho para niños-, por 'Entre dimensiones', que es estilo 'Doctor Who' y triunfa entre los que no leen. Y a los alumnos del CAS [Curs d'Accés a Grau Superior], que apenas leen, les he puesto como lectura 'El síndrome de Ambras', de Pilar Pedraza, una novela de hombres-lobo ambientada en el trienio liberal que es una obra maestra y tiene lecturas feministas muy interesantes.