La huella de Lara

Los visitantes de la capilla ardiente del editor recuerdan su actividad hasta el último día

La ministra Ana Mato.

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ERNEST ALÓS / BARCELONA

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Aún el pasado viernes, José Manuel Lara Bosch, desde el hospital, llamaba a dos de sus colaboradores para citarlos a una reunión el lunes. El 5 de enero, explicaba ayer el presidente de la Generalitat, Artur Mas, el presidente del Grupo Planeta le hablaba durante una reunión en el Palau de la Generalitat de sus proyectos «para los próximos diez años».  Así le han recordado, con la agenda llena y trabajando hasta el último minuto como si el cáncer con el que luchaba desde hace tres años no tuviera que ser más fuerte que él, muchos de los que este domingo han acudido a la capilla ardiente instalada en el tanatorio de Sant Gervasi.

Más allá del elogio al empresario que hizo crecer al primer grupo editorial en castellano y catalán, quienes se han acercado a acompañar a la familia hablan de la huella de una personalidad arrolladora y con más facetas que la visión simplificada que a veces se tenía de él. «Es público y notorio -ha apuntado Artur Mas- que no confluíamos en todo. Pero siempre hablamos con mucha franqueza y con respeto mutuo. No siempre se ha tenido un cuenta que era un defensor de nuestro país, de Catalunya. Él mismo decía que en Madrid lo consideraban demasiado catalán. No era tibio en la defensa de Catalunya. La defendía a su manera».

Un político catalán recordaba que Lara, tan crítico con el  proyecto de la independencia como con el inmovilismo de Madrid, «estaba convencido de que si conseguía sentar unas horas a dialogar a Mas y Rajoy, acabarían llegando a un acuerdo». No lo logró, pero hoy han desfilado los ministros Jorge Fernández Díaz y Ana Pastor, Alicia Sánchez Camacho y Alberto Fernández Díaz, y también Mas, Joana Ortega, Xavier Trias, Ferran Mascarell y Josep Antoni Duran Lleida, así como Miquel Iceta y Jaume Collboni. Diálogo, por un momento, solo lo ha habido entre Artur Mas y Ana Pastor. Del mundo de la empresa, entre otros, se ha podido ver a Isidre Fainé, presidente de CaixaBank, Antoni Brufau, presidente de Repsol, César Alierta y Kim Faura (Telefónica). Isak Andic y Florentino Pérez.

La única representación destacada del RCD Espanyol en la capilla ardiente de Lara, que dedicó su última entrevista a criticar duramente la deriva del club, ha sido la del entrenador del Tottenham Mauricio Pocchetino. «La familia Lara ha sido muy importante para mí y para mi familia. Hace 21 años llegué a Barcelona de las manos de ellos», ha recordado el exjugador y entrenador del Espanyol.

Javier González Ferrari, presidente de Atresmedia Radio, ha puesto voz a muchos de los colaboradores más estrechos del empresario: «Siento una orfandad profesional. Era mi patrón, como siempre le llamaba. Era el alma de este grupo. Un jefe muy estricto pero un caballero».

En representación de Bertelsmann, propietaria del grupo que compite con Planeta por el liderazgo de la edición en castellano, Fernando Carro ha recordado los proyectos conjuntos que ambas empresas han compartido. «Era una gran persona, por la que sentíamos una gran admiración y por quien sentía mucho cariño la familia Mohn».

No ha estado la agente literaria Carmen Balcells, «muy afectada» según ha explicado el director de la agencia, Guillem d'Efak: «Había mucha complicidad con Carmen Balcells y mantuvo una colaboración intensa, sincera, franca, directa y provechosa para nuestros autores. Fue de gran ayuda la gran diversidad de sus sellos literarios, aparentemente antagónicos». Sí, en cambio, la editora Beatriz de Moura, directora editorial de Tusquets hasta su integración en el Grupo Planeta, de quien el fallecido editor fue «un amigo leal» que salvó a la editorial en varios momentos críticos. Paradigma de la edición comercial, Lara también era «un gran lector», recordaba De Moura. «Tenía una mentalidad curiosamente bastante más libre de pensamiento que muchos de los intelectuales que creen que lo son. Lo que le gustaba es que se hable y se discuta».

La ceremonia religiosa en memoria de  José Manuel Lara se celebra este lunes en la parroquia de la Concepció, con la presencia de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría. En señal de duelo, la entrega del premio Ramon Llull, que debía celebrarse el martes, ha quedado aplazada.