Enrique Iglesias, 13 años después

El cantante, ausente en los escenarios catalanes durante más de una década, clausura esta noche el Festival de Cap Roig en el último tramo de la exitosa gira 'Euphoria tour', que le ha llevado por todo el planeta

El cantante Enrique Iglesias, en una imagen de promoción.

El cantante Enrique Iglesias, en una imagen de promoción.

LUIS TROQUEL
BARCELONA

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Nada menos que 13 años han pasado desde la última actuación de Enrique Iglesias por tierras catalanas. Cuando acababa de dar su gran salto al inglés con canciones comoRhythm divineo aquel Bailamosque él, al más puro estilo internacional, pronunciabaBailamós. Sí, como si más que un verbo fuese el nombre de una localidad de la Costa Brava. Y precisamente, en Calella de Palafrugell, podremos verle esta noche (22 horas) clausurando por todo lo alto el Festival de Cap Roig, que con esta edición ha cumplido también 13 años.

Al día siguiente tiene otro concierto en Marbella, y, si aprovecha el viaje, hasta podría acercarse a ver cantar a su padre, que justamente actúa el domingo 18 en el Auditori Camp de Mar de Tarragona, dentro del festival ETC. Aunque no es probable, teniendo en cuenta lo poco que se ha dejado ver por España en lo que llevamos de siglo. Y todavía menos en concierto, el único desde la gira del 2000 fue el año pasado en Madrid, ante un Palacio de los Deportes a rebosar, como artista de enormes recintos que siempre ha sido. Por ello, verle a estas alturas en la distancia corta de Cap Roig tiene algo de lujo asiático.

La broma iba en serio

Al hijo menor de Isabel Preysler y Julio Iglesias, el mercado español le dio durante mucho tiempo más disgustos que alegrías. Mientras vendía por millones en los cinco continentes, aquí la mayoría lo tomaba como poco menos que una broma. Su irrupción sorpresa en 1995 con la canciónExperiencia religiosa (que en el tramo americano de esta última gira sigue cantando, aunque no en el europeo), fue vista como un mero capricho. Y un poco como esos políticos de clase alta que defienden sus candidaturas aduciendo que no están en eso para enriquecerse, él defendía su pasión por el oficio de la música con perlas tipo:«Yo ya tengo dinero, me he criado con él: me da igual tener un millón de dólares más que menos». La verdad es que era una máquina de generar osados titulares y, al más puro estiloEdipo pijo, la relación (o la falta de ella) con su padre, alimentó tanta o más rumorología que las peleas entre los hermanos Noel y Liam Gallagher.

Pero lo que parecía una broma iba muy en serio. A sus 38 años lleva vendidos más de 60 millones de discos e incluso ha conquistado al inexpugnable público anglosajón, muy especialmente a raíz de que su baladaHeroese convirtiese en banda sonora radiofónica el día del atentado a las Torres Gemelas. España quedó fuera de su hoja de ruta entre éxitos y más éxitos planetarios. Se hizo verdaderamente grande sin necesidad de parecer mayor. Es más, hoy por hoy conecta con el público joven español que en las macrodiscotecas baila piezas de Pitbull, Usher, Lil Wayne o Jennifer López (con todos ellos ha protagonizado dúos y con ella incluso una reciente gira estadounidense conjunta) más que ningún otro artista de su generación.

Al más puro estilo Madonna, suple con olfato limitaciones interpretativas y confirma que saberse rodear de talentos es un talento más; como demuestra su último disco,Euphoria, cuya gira le lleva a Cap Roig. El noveno grabado en estudio y de cuya publicación han pasado ya tres años. Hace dos semanas presentó por fin nuevo material (el singleTurn the night up) y justamente hoy estrena en radiosLoco, junto a Romeo Santos.