The Orchestra, último tren a la ELO

Mik Kaminski y compañía recrearon con notable resolución los clásicos de la banda en una sala Barts con las entradas agotadas

Concierto de THE ORCHESTRA. Mik Kaminski

Concierto de THE ORCHESTRA. Mik Kaminski / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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The Orchestra no es una banda que luzca liderazgos carismáticos, ni tan solo figuras demasiado reconocibles: es una tropa de músicos semianónimos en la que destacan dos veteranos de la Electric Light Orchestra, el violinista Mik Kaminskiy el teclista Louis Clark, y donde el foco apunta a las canciones. Material, todo él, original del gran ausente, Jeff Lynne, que la banda interpreta con pulcritud en conciertos llenos de cartas ganadoras, como el de este lunes en la sala Barts.

Sala con las entradas agotadas: hay cierto apetito del legado pop de la ELO, muy poco explotado sobre el escenario en las últimas décadas. Ahí, The Orchestra dio lo que cabía esperar de un artefacto puramente ‘revivalista’. Ni más, pero tampoco menos: Kaminski y compañía conocen la sofisticada gramática pop de estas canciones y las ofrecieron en una versión dinámica y razonablemente fiel, sin perder el tiempo con solos o alargando los ‘hits’, colocando en su sitio el traqueteo de piano de ‘Hold on tight’, los coros en falsete extremo de ‘Turn to stone’ y las palmas de ‘Shine a little love’.

EL VIOLÍN AZUL

A Lynne le cubrieron entre tres, el teclista Eric Troyer, el guitarrista Parthenon Huxley y el bajista Glen Burtnik, turnándose y fundiendo sus voces desde la primera pieza, ‘Evil woman’. Mientras que Clark se mantuvo en un plano muy discreto, el violín azul de Kaminski sí que marcó territorio en las introducciones de ‘Sweet talkin’ woman’ y ‘Last train to London’, y en las cenefas orquestales de ‘Livin’ thing’,  que fusionaron con ‘Xanadu’ para traernos a la memoria sin ninguna piedad ni consideración la sonriente figura de Olivia Newton-John.

Canciones de iluminados giros melódicos, un ‘hit’ detrás de otro, de las armonías delicadas de ‘Strange magic’ al tono rockero de ‘Ma-ma-ma belle’ y ‘Do ya’, originaria esta de los tiempos de The Move, y con guiños progresivos en ‘Standin’ in the rain’, hasta el punto y final de ‘Don’t bring me down’. Una veintena de composiciones muy asociadas a una época pero de valores atemporales, con las que The Orchestra suministra año tras año notables aportaciones a Jeff Lynne en materia de derechos de autor.

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