Nakany Kante, luz de África

La cantante guineana combinó melancolía y fiesta en la presentación de 'Naka' en Apolo

Nakany Kanté en la Sala Apolo

Nakany Kanté en la Sala Apolo / periodico

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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Algunas canciones de Nakany Kante hablan de cosas tristes, terribles incluso, pero la luz acaba imponiéndose sobre la tiniebla, y el ritmo contagioso al recogimiento. Así fue este miércoles en La 2 de Apolo, donde su modo de acudir a una tenue melancolía hizo que, al final, por contraste, su sentido de la fiesta fuera más inapelable.

Esta joven cantante de la República de Guinea, Guinea-Conakri, establecida en Sabadell, propone en su segundo disco, ‘Naka’, un afro-pop vitalista que incorpora un sentido de la crónica social y la protesta. Música que incita al baile a través de una visión del mundo, como, a su manera, un poco más mística, la de Calima, el grupo que abrió la noche en calidad de invitado. El vehículo de Juanlu Leprevost, miembro original de Ojos de Brujo, celebra estos días el décimo aniversario de su propuesta trashumante, y brindó su descaro rumbero con acentos orientales (el violín de la ex’miga’ Lisa Bause) en fogosos asaltos a ‘Pulpo’ y ‘Te lo dije’.

VALORES UNIVERSALES

Salió luego Nakany Kante, bailando con la corista, lista para asaltar el afrobeat de ‘Kitibana’, una canción contra el odio y el rencor. Esta clase de valores universales envuelven sus canciones, como se encargó de explicar con voluntad de comunicar. Las desigualdades entre hombre y mujer (‘N’torola’), las almas que vagan sin rumbo (‘Yala fou’) y notas dramáticas más cercanas, como la alusión, en ‘Kanakasi’, a su hermano, que “se fue a Conakry asegurando que no volvería y una semana después había muerto”.

Canciones con las que se desfoga, dijo, y vence el dolor y el enfado a través de bases rítmicas expansivas que pueden acercarse al mbalax senegalés o adoptar el sonsorné guineano. Kante impuso sobre ellas un candor juvenil y unas ganas de comerse el escenario, invitando al baile frenético o convirtiéndose en cantautora de voz y guitarra, en ‘Bidenou’, para denunciar el abandono de los niños. En ‘Dya’ llamó a “aprovechar el tiempo porque mañana no sabemos qué nos puede pasar”. Ella sabe cómo hacerlo. 

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