IDEAS

En memoria de Georgette

RAMÓN DE ESPAÑA

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Conocí a Alexis Arquette durante el rodaje de 'Cosas que nunca te dije' en St. Helens, un pueblo de mala muerte del estado de Oregón. No era un tipo especialmente cálido ni cordial, pero tenía un retorcido sentido del humor que lo convertía en un conversador tan brillante como viperino. Era el suyo un humor un pelín amargo, propio de quien las ha pasado canutas por su condición sexual, pero intuyo que muy útil para los papeles que le caían por aquel entonces, cuando aún no había pasado por el quirófano para convertirse en algo parecido a una mujer.

La muerte de Alexis Arquette ha pasado prácticamente desapercibida, y no es de extrañar, pues no tuvo muchas oportunidades de demostrar su talento. Como hombre, solo interpretó a sujetos atormentados; y como mujer, prácticamente ni se estrenó en el oficio: aunque muy afeminado, un físico poco agraciado en ambos sexos -a su lado, Caitlyn Jenner parece Marilyn Monroe, aunque el pobre Bruce, como le sigue llamando su madre, ya es todo un esperpento- le condenó a la precariedad laboral. Una lástima, ya que Alexis estuvo brillante en 'Cosas que nunca te dije' y, sobre todo, en la ninguneada 'Última salida para Brooklyn', de Uli Edel, adaptación de la espléndida novela homónima de Hubert Selby Jr. financiada por los alemanes y con una conmovedora banda sonora de Mark Knopfler. En ella interpretaba a Georgie, alias Georgette, un mariquita de barrio maltratado por unos macarras a los que desea en vano: la secuencia en que su propio hermano lo desnuda para que su madre vea que se pone su ropa interior ponía los pelos de punta. Personaje trágico y patético, como casi todos los de la novela de Selby, que era puro tormento, Georgette se benefició de una actuación magistral del entonces señor Arquette, que nunca volvería a tener otra oportunidad de lucimiento semejante.

Alexis contrajo el virus del sida a los 18 años y ha estado sobreviviendo los últimos 29. Yo diría que fue un tipo atormentado e infeliz en ambos sexos, como el Orlando de Virginia Woolf que tan bien retrató Sally Potter con los rasgos de Tilda Swinton en la película que rodó al respecto. Si como hombre su carrera era complicada, como mujer resultó imposible, pero siempre nos quedará su Georgette como ejemplo de lo que podría haber dado de sí en mejores circunstancias.

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