YIHADISMO EN TÚNEZ

Reapertura sin turistas

El museo del Bardo impide la entrada a los extranjeros que se agolparon ante sus puertas

Homenaje 8 Un grupo de escolares reza junto al museo del Bardo tras su reapertura después del atentado.

Homenaje 8 Un grupo de escolares reza junto al museo del Bardo tras su reapertura después del atentado.

BEATRIZ MESA
TÚNEZ

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Los medios de comunicación tunecinos se desplazaron ayer al museo del Bardo para realizar sus emisiones en directo desde el lugar del atentado. Un gesto de solidaridad con las víctimas y un órdago contra el terrorismo yihadista. También se acercaron invitados del Gobierno de Túnez y algunas personalidades que quisieron mostrar su repulsa al execrable ataque terrorista que dejó sin vida a 23 personas, entre ellos 20 turistas extranjeros. Eso sí, las autoridades no fueron indulgentes con los grupos de turistas que, contra todo pronóstico, se acercaron al Bardo desde primera hora de la mañana para expresar su solidaridad con las víctimas mortales y al mismo tiempo recrearse con un elenco de obras artísticas que recoge muchas culturas a lo largo de milenios.

«Anunciaron a bombo y platillo que se abriría, ¿cómo es posible que finalmente nos hayan impedido la entrada?», dijo a este diario, Michel, de Lyon (Francia). Desde las nueve de la mañana aguardó, en balde, a las puertas del museo: «He venido en un viaje organizado y mi mujer y yo consideramos que es obligatorio estar aquí para expresar las condolencias al pueblo tunecino como también hizo todo el mundo con nosotros en Francia. Además, debemos mostrar a los asesinos que se puede seguir viajando a este país», añadió.

Temor a la estampida

La diferencia entre Túnez y Francia es que en el país magrebí hay más de tres millones de ciudadanos entre los 10 que tiene su población que dependen de forma directa o indirecta del turismo, por lo que un golpe de esta naturaleza va a provocar la estampida de turistas de las zonas costeras. Con 1.300 kilómetros de costa, 600 son playas. «¿Cómo vamos a volver a promocionar el turismo? Vamos a tener que esperar un poco de tiempo para que el país recobre la normalidad y vuelva a ser destino del turismo internacional, principal fuente de ingresos», comentó el tunecino Naceureddine Elafrite.

Los turistas, a pesar de que las autoridades alegaran en el último momento «razones de seguridad» para impedir la entrada, se arremolinaron a las puertas del museo suplicando la entrada. «Tenemos un vuelo de vuelta a Francia. ¡Déjenos entrar!», imploró la francesa Francois. Después se dirigió a la prensa internacional y con una resignada sonrisa dijo: «Tendrá que ser en una próxima vez, pero se hará».

Ayer, en Bardo, no quedaban restos de sangre de los turistas abatidos y las salas de exposiciones habían sido preparadas para recibir al restringido público. Eso sí, en el ambiente se respiraba ese clima de tragedia que hace una semana dejó el atentado. Un concierto musical de la Orquesta Sinfónica de Túnez dio el último homenaje a los muertos, además de un canto entonado por jóvenes de la revolución de los jazmines que decía: «Túnez libre y terrorismo fuera».