Violencia en un país latinoamericano

Pánico en Copacabana

Los tiros y los barricadas llegan al barrio más turístico y hotelero de la ciudad

E. S.
RIO DE JANEIRO

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Asomados en las ventanas del apartamento, con los móviles en la mano y sin poder creer lo que veían, un grupo de compañeros de piso catalanes observaban en la noche del martes el pánico desatado en pleno corazón de Copacabana. A solo 200 metros de su lugar de residencia, el estruendo de los disparos y las columnas de humo de las barricadas ardiendo teñían el atardecer en una escena casi apocalíptica. «Ya habíamos escuchados tiros provenientes de la favela en alguna ocasión, pero lo de hoy nos ha dejado sin palabras», relata Paula Muriel, una barcelonesa de 28 años que desde hace un par de meses reside en el barrio más conocido de Río de Janeiro.

La sorpresa de Paula no es para menos si se tiene en cuenta que este tipo de situaciones no se habían producido en esta parte de la ciudad desde que en el 2009 la favela de Pavao-Pavaozinho fuera «pacificada», es decir, ocupada por las Unidades de Policía Pacificadora(UPP) en detrimento de los narcotraficantes. Pero lo cierto es que en los últimos meses la tensión ha ido aumentando en esta favela de 5.000 habitantes debido a la tentativa del comando Vermelho, antigua facción del narcotráfico que dominaba la región, por recuperar el control de los puntos de venta de droga. El pasado mes de septiembre, un intenso tiroteo obligó a cerrar el comercio por dos días en pleno epicentro del turismo carioca y el comandante de la UPP instalada en la favela reconocía no tener control sobre la parte de la misma.

«No me puedo imaginar lo que pensarán los turistas que lleguen para disfrutar de la Copa y después de pagar 400 euros por noche en un hotel comiencen a escuchar disparos en plena noche», reflexiona el sevillano Francisco López Arias, ingeniero informático que alquila una habitación en el barrio desde el 2011. Y es que Copacabana, con sus 147.000 habitantes y más de 100 hoteles, entre ellos el exclusivo Copacabana Palace, concentra la mayor parte de la oferta hotelera de la ciudad y será el principal destino de los turistas.

Según los datos divulgados por la Oficina de Turismo de Brasil, Embratur, el precio medio por una habitación en un hotel del famoso barrio durante el partido España-Chile, el próximo 18 de junio, rondaría los 450 euros por persona y noche. Esto supone un aumento de medio de un 45% en los precios de las habitaciones respecto de la temporada alta, aunque se han detectado casos de hasta el 260%.

El retorno de la violencia a algunas de las favelas de la zona sur en los últimos meses también ha provocado un fenómeno curioso. Debido a los precios abusivos de los hoteles, muchas favelas de esta zona de la ciudad, la más rica y cercana a las playas de Ipanema y Copacabana, se habían convertido en una opción de alojamiento más asequible. Con una oferta hotelera limitada de 55.400 plazas y una estimación de 300.000 visitantes durante el Mundial, la opción de las favelas parecía un negocio de éxito asegurado. Incluso el prestigioso diario norteamericano, The New York Times, habló de las ventajas de alojarse en alguno de los albergues surgidos en favelas por un precio medio de 40 euros la noche.

Pero el negocio tendrá que esperar. El clima de tensión entre la policía y los habitantes de las favelas es muy patente y ya son muchos los extranjeros que en los últimos meses han desistido de la «vida chic», que en algún momento parecía ofrecer la favela, y han vuelto a refugiarse en los barrios ricos de la ciudad. Pero ni siquiera los exclusivos barrios de Ipanema y Copacabana estarán exentos de esta tensión. .