el personaje de la semana

Un motero contra la troika

El nuevo ministro griego de Finanzas es un profesor universitario sin pelos en la lengua. Se define a sí mismo como «economista por accidente» y «marxista errático», y asume la cartera que le obligará a lidiar con los acreedores europeos el programa de res

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JAVIER TRIANA

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A la Venus de Milo le ha crecido al fin un brazo, el izquierdo, y empuña una pistola. La imagen, publicada por la revista británica The Economist, resume la idea que gran parte del espectro neoliberal del planeta tiene sobre el nuevo Gobierno griego de Syriza. El bíceps de esa nueva extremidad bien podría ser el mediático ministro heleno de Finanzas, Yanis Varufakis (Atenas, 1961). «Creemos en un tipo de vida sencillo. ¿Hacen falta tantos Porsche Cayennes en las callejuelas de Atenas?», comentó, con su particular sorna, tras su toma de posesión del cargo. «Grecia es donde todo esto empezó. Y también donde comienza la marcha atrás a la fragmentación de Europa», aseveró, aumentando -más si cabe- las expectativas con el nuevo Ejecutivo de Syriza.

Ahora, la misión de este advenedizo de la política es dialogar con los acreedores de Grecia para intentar aliviar así la triste realidad que atraviesa su país. Cuando surgió la oportunidad de dar un paso al frente, no se lo pensó. Dejó su cargo en la Universidad de Texas para acudir al llamamiento de Alexis Tsipras, nuevo primer ministro heleno, para presentarse como candidato por Syriza. El pasado 25 de enero, en las elecciones griegas, Varufakis cosechó más de 135.000 sufragios en el distrito electoral más grande del país para convertirse en el diputado más votado de Grecia. El estrellato del rock se le escapa por poco: motero de alta cilindrada, viste siempre en tonos oscuros. Le falla la melena. Su imagen queda, más bien, a medio camino entre un expeditivo defensa de la selección griega de fútbol que levantó la Eurocopa en 2004 y el dandi italiano de manual.

Nacionalidad australiana

Sin embargo, no será su fachada la que decida parte del futuro de Grecia, sino su sentido común. Varufakis, quien se define como «economista por accidente» y «marxista errático», estudió en Reino Unido, Australia y EEUU. Encarna al hombre internacional que hace falta para lidiar con los prestamistas internacionales de Grecia y convencerles de que modifiquen las condiciones de la inmensa deuda griega, en torno al 175% del PIB. En el ensayo económico Humilde Propuesta -escrito junto a Stuart Holland-, los autores sugieren una solución a la crisis que no conlleve una reforma de las instituciones ni la aplicación de medidas de austeridad, sino una mutualización de parte de la deuda, un programa de inversiones a través de varias instituciones comunitarias, y solucionar la crisis humanitaria del país mediterráneo. Por el momento, su Gobierno ya ha anunciado que negociará solo con los órganos de decisión europeos y que no reconoce a la denostada troika.

Matemático y economista de formación, profesor universitario en Grecia, EEUU y Australia (cuya nacionalidad también posee), es autor de otros ensayos sobre la crisis económica, entre los que destaca El Minotauro Global, una metáfora renovada de los tributos pagados por sus antepasados a la bestia cornuda del Laberinto, encarnada ahora por Wall Street, con el resto del mundo como vasallos que dirigían su capital (hasta el crack del 2008) a la bolsa estadounidense.

Un guiño en internet

Con un alto nivel de inglés, escribe asiduamente en su blog (la dirección es su propio nombre) y, para quienes teman una cruzada contra Bruselas, Varufakis deja un guiño: su dominio de internet no es un .com, sino .eu. En su cuenta de Twitter se presenta como sigue: «Profesor de Economía que ha estado durante años escribiendo oscuros textos académicos, empujado a la plaza pública por la gestión fútil por parte de Europa de una crisis inevitable». No le falta una aparente dosis de vanidad.

«Mi intención nunca fue entrar en el juego político», escribió hace poco. «Pero llega un momento en el que el pensamiento crítico debe tornarse acción política directa». Por si sucumbiera a la seducción del poder, tiene ya lista su carta de renuncia en el bolsillo de la chaqueta. Parece cuestión de tiempo que la prestigiosa Time le dedique una portada. Queda por ver qué titular acompañará a su foto. H

Yanis Varufakis