VIOLENCIA EN BRASIL

"Espero que Dios haga justicia. Me siento una basura"

EDU SOTOS / RÍO DE JANEIRO

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Con la voz y su imagen distorsionadas por motivos de seguridad, la menor víctima de la violación en grupo en Río de Janeiro habló por primera vez ante el mayor medio de comunicación de Brasil. “Espero que Dios haga justicia. Me siento una basura”, respondió con tono resignado a 'O Globo' la joven de 17 años que algunas informaciones identificaron como Beatriz Pereira.

En la breve entrevista, la menor relata cómo una visita a un baile 'funk', un estilo de música muy popular entre los jóvenes de las favelas de Río de Janeiro, acabó convirtiéndose en la peor experiencia que se puede imaginar. “Abusaron de mí en todos los lugares que puedas imaginar. Me introdujeron objetos, hay un vídeo que es solo de los objetos”, declaró la menor quien identificó a su exnovio durante tres años, el futbolista del Boa Vista, Lucas Perdomo, como el responsable de la violación.

Al parecer, la adolescente se encontró con su exnovio durante el baile y aceptó ir con él a su domicilio. Ahí acabaron sus recuerdos nítidos, las drogas que le hizo consumir no le permitieron tener consciencia de lo que estaba ocurriendo. “Me acuerdo que me desperté y estaba desnuda rodeada de muchas personas. Lloré y les golpeé para que salieran”, explicó la menor quien, sin embargo, sí recordaba algunas de las cosas que le gritaron: “Yo sé que eres una guarra y te gusta, eres una puta”.

PRUEBAS CONTUNDENTES

A pesar de que la menor no recordó los detalles, las pruebas de la violación aportadas por el Instituto Médico Legal (IMS) son más que suficientes para respaldar su versión. Por si fuera poco, uno de los agresores, Raí de Souza, de 22 años, grabó un vídeo de la agresión que publicó junto a diversas fotografías en las redes sociales con comentarios como “por aquí pasaron unos 30”. Fue así como el caso fue detectado por la Comisaría de Represión a Crímenes Informáticos (DRCI) de la Policía Civil tras recibir más de 800 denuncias de internautas en pocos minutos.

Precisamente, debido a la conmoción nacional e internacional causada por el delito, la noche del viernes los dos agresores identificados hasta el momento, Lucas Perdomo y Rai de Souza, decidieron presentarse en una comisaría de la Policía Civil. Como era de esperar, ambos negaron haber cometido una violación y declararon que las relaciones habrían sido consentidas y solamente con de Souza, el autor del polémico vídeo. Según su versión, la frase “por aquí pasaron unos 30” se refería exclusivamente a la letra de una canción de 'funk'. 

Tras prestar declaración, ambos jóvenes fueron puestos en libertad, lo que fue justificado por el jefe de policía Alessandro Thiers como consecuencia de la falta de pruebas para el arresto preventivo. No obstante, era de esperar. Según los datos del Foro Brasileño de Seguridad Pública (FBSP) del total de agresiones en Río de Janeiro, unas 4.725 en 2014, solamente el 6% acabaron en procesos penales ante la justicia. Consciente de la precariedad del sistema judicial brasileño, un comunicado de la ONU Mujeres solicitó a los poderes públicos y la sociedad de Brasil un “riguroso castigo a los agresores” y “tolerancia cero con todas las formas de violencia contra las mujeres”.

Aunque el caso de la menor desató una oleada de indignación nunca vista en Brasil, con la firme condena de la presidenta Dilma Rousseff y el apoyo masivo a la campaña Yo Lucho por el Fin de la Cultura de la Violación, el caso solamente supone la punta del iceberg. Con una violación cada 11 minutos y una media de 48.000 violaciones anuales, el 65% de las víctimas todavía se niega a denunciar.

En 2014 una encuesta reveló que el 42,7% de los hombres brasileños creen que una mujer con ropa demasiado provocativa está buscando ser violada, por ello nadie se puede extrañar de que en medio de su entrevista la menor solo pida una cosa: "Solo quiero que la gente sepa que las violaciones no son culpa de la mujer".