Diez cortinas

Decía Paul Klee que el arte no reproduce lo que vemos sino que nos enseña a mirar. Así lo cree Marc Vicens (Cornellà de Terri, 1972) cuandoaceptó la propuesta de los hermanos Torres para pintar el singular universo creativo de su culinaria. Vicens atesora una larga trayectoria como diseñador e ilustrador (en revistas como TimeOut, Qué Leer o L'Avenç), premiado hace poco con el prestigioso Premi Junceda por su trabajo para FiraTàrrega, y cuando llegó a su estudio después de comer en el Dos Cielos pensó en lo que dijo Klee y decidió que no podia ilustrar, ni reproducir ni tan siquiera esbozar lo que había visto. Se trataba de conseguir algo distinto, más arriesgado: acoger en su interior la atmósfera de los Torres. Reflejar el sentimiento, como quería el romántico Caspar David Friedrich, "penetrar el paisaje, acogerlo, transmitirlo".

Vicens combina la precisión del trazo con un fondo de intensidad cromática. Son diez piezas de tinta china y acuarela sobre papel de arroz, un soporte frágil que se torna coriáceo en cuanto se sumerge en agua. El color funciona como un bajo continuo que dota al conjunto de estructura armónica mientras que la fijación por los detalles ejerce de melodía. Sus Cortines gastronòmiques nos enseñan a mirar de otro modo el trabajo de los gemelos Sergio y Javier hasta llegar precisamente a su esencia: el gusto por el producto, el respeto por la tradición, la delicadeza de lo rotundo. Vicens capta el instante para convertir lo perecedero en inmutable presencia. Se arriesga a crear su mundo para acoger aromas y texturas, y transmitir, fascinado, el mundo de los Torres. Y esa fascinación nos arrebata, entre el arte y la gastronomía. -  JOSEP M. FONALLERAS