El clan de los 20 años de poder

AGUSTÍ SALA / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Como el expresident Jordi Pujol, Josep Lluís Núñez, primero constructor y luego promotor inmobiliario, fue presidente del FC Barcelona durante 22 años (Pujol, 23). Fue otro de los prohombres de la sociedad civil catalana de los años 80 y 90 y uno de los pocos contrapoderes de la Generalitat convergente de Pujol, junto con el director general de La Caixa, Josep Vilarasau (27 años al frente de la entidad de ahorros). Generalitat, Barça y La Caixa eran por aquel entonces la santísima trinidad de la sociedad y economía catalanas.

Conocido por frases como aquel «está bien esto de la bienal, podríamos celebrarla cada año», la presentación anual de cuentas del Barça por parte de este vizcaíno de nacimiento y catalán de adopción se convirtió en una auténtico espectáculo. Se le atribuye como principal legado una buena gestión económica del club y se le recuerda por sus llantos en las derrotas y también en las victorias del equipo.

Pero mientras ejercía un poder poco discutido al frente del Barça, tejía en el mundo de los negocios una auténtica trama desde su grupo empresarial Núñez y Navarro, durante años considerada la dueña de los chaflanes del Eixample barcelonés. Según detallan los autos de la Audiencia, el empresario participó en un entramado para ahorrarse impuestos en el que participaron inspectores de Hacienda y sus superiores, de quienes «compraron la voluntad». Estos, afirman los jueces, «desarrollaron inspecciones fiscales ficticias», entre otras prácticas. Con ello obtuvieron un ahorro fiscal «indebido y muy suculento» y que ha acabado  no solo con el fallo judicial que le puede llevar a la cárcel sino con el reproche social. Como Pujol.