IDEAS PARA DAR CONVERSACIÓN

Poesía con dos pares de cojines

Sus micropoemas ya han ilustrado anuncios, pasos de cebra e incluso el antebrazo de un poeta. Ajo ahora los borda en cojines con la ayuda del actor Richard Collins Moore

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dominical 679 portadilla cojines / periodico

ANA SÁNCHEZ / BARCELONA

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Leer los micropoemas de Ajo debería convalidar asignaturas pendientes. Tiene el don de escupir como una metralleta lo que al resto de mortales se nos queda en la punta de la lengua. Son collejas de poesía. Versos con formato de frase célebre.

“Buscando un centro de brevedad permanente”, se resume en Twitter. Es Ajo: esa micropoetisa que viene del punk y lleva la cresta en la lengua, según suele rimar ella. Micropoetisa, cantante, dj, agitadora, hubo un tiempo en el que fue taquillera de cine. “Practicante convulsa de la dispersión –recapitula–. Ahora estoy bordando personalmente y lo paso de maravilla”.

Borda cojines de autor mano a mano con el actor británico Richard Collins Moore, que antes de convertirse en el guiri oficial de las series, era modisto. “Somos vecinos íntimos –explica Ajo– y lo mismo hacemos cojines que una canción que una paella”. ¿Había que echarle dos pares de cojines a la poesía? “Hay que tener muchos cojines para dedicarse a la poesía y otros tantos cojones para dedicarse a los cojines”, puntualiza ella.

Hay siete micropoemas acolchados a elegir: “Cuentito: érase una vez ahorita mismo”. “Estoy superada, pero con hache intercalada”. “Busco problemas que estén a la altura de mis soluciones”. “Microzoología: el día que dejemos de enamorarnos como perras nos aburriremos como ostras”. “¿Me estás amenazando? No, te estoy amaneciendo”. “Si yo fuera yo, estaría contigo aquí mismo donde estoy”. “Habitabas mi piel y me llamabas casa”. Están a la venta en la librería Arrebato del barrio de Malasaña (Madrid) –“el Harrods de la poesía underground”, la llama Ajo–, aunque la micropoetisa ya ha vendido sus cojines hasta por Instagram.

No es el único formato alternativo en el que se ven sus micropoemas: ya han ilustrado anuncios, pasos de cebra, bolas de playa e incluso el antebrazo de un poeta, el mexicano Fausto Alzati.