McLaren pagará 35 millones a la FIA por el espionaje

Ferrari considera "deshonrosa" la decisión y critica a Ecclestone

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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La escudería angloalemana McLaren-Mercedes deberá pagar unos 50 millones de dólares (unos 35 millones de euros) a la Federación Internacional del Automóvil (FIA) por la sanción que el organismo internacional dictaminó en el mes de septiembre por el caso de espionaje a Ferrari.

Esa cifra es el cálculo que ayer estableció la FIA tras descontar de la multa de 100 millones de dólares las primas y los premios que McLaren podría haber recibido por los resultados obtenidos a lo largo de la temporada. McLaren también fue desposeído de todos los puntos logrados en el Mundial de constructores. La escudería de Ron Dennis deberá pagar la multa en el mes de diciembre, y la FIA ya ha anunciado que destinará el dinero a promover el deporte del motor en el mundo, especialmente en los países más necesitados y en vías de desarrollo.

La decisión de la FIA, tomada ayer en París, supone el penúltimo capítulo de una temporada de F-1 extraordinariamente polémica, y que todavía tiene un capítulo pendiente: resolver la reclamación de McLaren sobre la utilización irregular de combustible excesivamente refrigerado por parte de los cuatro pilotos de BMW-Sauber y de Williams, tres de los cuales quedaron por delante de Lewis Hamilton (McLaren) en la última carrera, el pasado domingo en Brasil.

Mientras en internet todavía resonaba ayer un vídeo de Youtube con la fiesta de Hamilton en Sao Paulo --donde acudió a una sala de fiestas y ejerció de pinchadiscos, a pesar de la decepción de perder en el último gran premio un título que tenía en el bolsillo--, el presidente de Ferrari, Luca di Montezemolo, se soltaba la lengua en Maranello con un sonoro ataque al patrón de la F-1, Bernie Ecclestone.

COMO UN CABALLO DOPADO

"Bernie haría bien en decir hasta qué punto la deshonrosa decisión del consejo mundial de la FIA fue humillante para todos", dijo Di Montezemolo, que calificó de "inaceptable" el fallo del organismo. "Fue una increíble y absurda sentencia en la que se afirmaba que había existido un comportamiento antideportivo y desleal de otra escudería, pero que no se veían evidencias". "Era como un jinete que corre con un caballo dopado y al final gana", prosiguió el presidente de la escudería italiana.