Jémez, una idea efímera en Granada

El club andaluz despide al técnico tras seis jornadas y coloca a Planagumà como entrenador interino

Jémez, en la rueda de prensa de despedida como entrenador del Granada.

Jémez, en la rueda de prensa de despedida como entrenador del Granada. / periodico

EL PERIÓDICO / GRANADA

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La idea era Paco Jémez. Pero la idea, en realidad, solo ha durado seis partidos. En Granada no han tenido mucha paciencia con el técnico. No solo por los 2 puntos de 18 posibles sino por determinados aspectos de su carácter que no han trascendido públicamente. Pero la idea de Jémez, el exentrenador del Rayo, ha sido efímera en el Nuevo Los Cármenes.

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Tenía contrato por tres años, pero ha durado apenas seis jornadas de Liga. Y se va sin ganar un partido. Lluís Planagumá, un prometedor técnico catalán, que dirigía al Granada B, asume, de forma interina, la silla de Jémez.

“Me llevo más cosas de las que he podido dejar”, admitió el ya exentrenador, quien intuía desde hacía semanas que no tenía mucho futuro en su nuevo club. “El mejor jugador de Las Palmas he sido yo. El club tiene que decidir si realmente cree que esta es la idea o cambiar”, advirtió el mismo Jémez después de la derrota ante Las Palmas (5-1).

Era la segunda jornada de Liga, hace justamente un mes, pero él lanzó un mensaje premonitorio: “Yo voy a dar todas las facilidades al club porque, a lo mejor, lo que necesita el equipo es un cambio de entrenador”. Dicho y hecho, aunque, eso sí, cuatro jornadas más tarde. Tiempo más que suficiente para que el propio Jémez admitiera, tras el empate con el Betis (2-2),su indefensión. “Este es el charco más gordo en el que me he metido desde que soy entrenador”. Pisó el charcó, se ensució y ya no es técnico del Granada, dolido también porque su mensaje no calaba en la multiculturalidad que anidaba en su vestuario. “Muchas veces parezco un indio para que me entiendan en los entrenamientos”, sentenció.

"Este es el charco más gordo en el que me he metido desde que soy entrenador" (Jémez, 16 de septiembre)

Jémez y su idea desaparecen de Granada. “No tenemos tiempo para enumerar en qué me he equivocado. Soy el único responsable de que el equipo lleve dos puntos, por eso estoy aquí”, ha admitido el exentrenador del club andaluz. Nadie lo entendió. Ni siquiera él mismo se entendió, tal vez superado por el personaje que él mismo se ha construido y que ha pasado por encima del entrenador reconocido que tantos elogios recolectó en Vallecas, a pesar incluso del reciente descenso a Segunda A. Pero lo había salvado un año tras otro y siendo siempre fiel a su estilo.

"No tenemos tiempor para enumerar en qué me he equivocado. Soy el único responsable de que el equipo lleve 2 puntos" (Jémez, tras su cese)  

“No me quito ni un gramo de responsabilidad. Todo lo deportivo es responsabilidad mía. Y pago por ello”, ha comentado Jémez, recalcando que “con el tiempo hubiésemos hecho mejor las cosas”. Pero no hubo tiempo. Seis partidos y a la calle. Tiempo, aunque también poco, queda para que Planagumà, un joven preparador (35 años) que ha desfilado por las categorías inferiores del Espanyol y Villarreal tras estar en la Gramanet, se asome ahora a Primera División.

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Incluso podría dirigir al Granada el sábado ante el Leganés si el casting de entrenadores que manejan los propietarios asiáticos del club no halla antes relevo para Jémez. Una silla vacía en Primera tiene siempre muchos pretendientes. Desde Lucas Alcaraz, un clásico en Granada que dirigió la pasada temporada al Levante, a Ruben Baraja (extécnico del Elche), o Luis García, que estuvo en el Baniyas de los Emiratos árabes Unidos tras entrenar al Getafe. Pepe Mel y Michel son otros nombres que sobrevuelan la Alhambra.

“Si yo me hubiera querido marchar, me hubiera ido”, pregonó Jémez, defendiendo hasta el final que su idea podría haber calado en Granada. “Pero ellos”, ha dicho en alusión a la dirección deportiva del club andaluz, “han tomado la decisión que han tomado. A alguien le puede extrañar lo qué he dicho, pero sé por qué hago las cosas”, ha añadido. Se va Jémez sin tiempo siquiera de conocer la ciudad. Ni al equipo.