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El Espanyol reparte risas

Víctor Sánchez, Abraham, Víctor Álvarez, Kiko Casilla y Sergio García se divierten en un entrenamiento del Espanyol de esta semana

Víctor Sánchez, Abraham, Víctor Álvarez, Kiko Casilla y Sergio García se divierten en un entrenamiento del Espanyol de esta semana / periodico

RAÚL PANIAGUA / BARCELONA

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El calendario suele ser caprichoso en el mundo del fútbol. En muchas ocasiones se repiten enfrentamientos en pocos días y se dan circunstancias curiosas como la que le ha tocado vivir al Espanyol. El equipo perico tenía que enfrentarse al Sevilla tres veces en 10 días. Completó la eliminatoria de Copa con un éxito maravilloso y ahora toca el duelo de la Liga. Dos partidos en cuatro días en el Sánchez Pizjúan, circunstancia que llevó a la plantilla a quedarse en la capital andaluza, una ciudad dividida prácticamente al 50% entre béticos y sevillistas.

Horas después de la épica clasificación en la caldera de Nervión, ya eran numerosas las muestras de gratitud de los béticos, los primeros admiradores de los pericos por el "favor" de eliminar al gran rival. Los verdiblancos viven tan pendientes de subir a Primera como de celebrar los fiascos del vecino, con los chascarrillos y las bromas típicos de una ciudad llena de gracia.

El Espanyol decidió hacer una pequeña concentración de cuatro días en Sevilla, un mini 'stage' marcado por la euforia del pase a las semifinales de Copa, un hecho que no se producía desde el 2006. Nueva años después, el equipo repitió la gesta. Con sufrimiento, como pasa siempre en las hazañas pericas, pero también con talento y determinación, el cuadro catalán continuó su apasionante camino en una competición que conquistó en el 2000 y el 2006. Ahora toca la Liga de nuevo y el equipo preparó el choque el viernes en la ciudad deportiva del Betis, donde repitió ayer entrenamiento.

Piernas castigadas

No debe de ser fácil rebajar la euforia en un club acostumbrado a las angustias, habituado a pelear por evitar el descenso o, como máximo, a vivir tranquilamente en la zona media. Es cierto que también hubo momentos de gloria no tan lejanos, como aquella Copa del 2006 conquistada en el Bernabéu ante el Zaragoza o la excelente marcha de la UEFA del año siguiente, truncada precisamente en la final ante el Sevilla en Glasgow. Ahora solo queda un pasito para jugar otra final, el duelo copero ante el Athletic de las semifinales.

Quedan solo 10 días para esa cita, pero Sergio González no quiere que el equipo se despiste. Repetir la imagen de la Copa o de las dos últimas jornadas de Liga en Cornellà ante el Celta (1-0) y el Almería (3-0) es el objetivo. "El fútbol, como la vida, no para. Hay que seguir con las mismas ganas que el jueves. El Sevilla es un rival muy poderoso"dijo ayer el técnico, que espera mantener la motivación en sus hombres, algo que será muy complicado. El bloque de Unai Emery está necesitado de triunfos y saldrá con la máxima intensidad.

"Estamos muy contentos por haber pasado en la Copa, pero los futbolistas son profesionales. El fútbol va muy rápido. Este partido no tiene la fuerza del jueves pero no deja de ser el Sevilla y el Pizjuán", añadió el entrenador blanquiazul, que dará descanso a los jugadores con más minutos acumulados. Es probable que Sergio García, Cañas y Álvaro empiezen en el banquillo. "Al cabo de un mes tener que jugar entre semana castiga las piernas. Hemos repartido minutos pero hay tres jugadores que han participado en todos los partidos. Podemos dosificar esos minutos por el gran esfuerzo del jueves", concluyó Sergio.