Capacitados

«Me dieron por muerto»

JUANJO rehizo su vida gracias a la bici tras un gravísimo accidente de moto

Juanjo Méndez, en el velódromo de Horta, donde se entrena con su equipo, Genesis.

Juanjo Méndez, en el velódromo de Horta, donde se entrena con su equipo, Genesis.

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El año 1992 fue el de la gran cita olímpica en Barcelona. También fue el año en el que Juanjo Méndez (Barcelona, 1964) volvió a nacer. Este ciclista paralímpico catalán, de 49 años, es un vivo ejemplo de superación personal. Juanjo tenía 27 años cuando un accidente de tráfico dio un giro radical a su vida. «Me desmayé encima de la moto y choqué contra un coche. Me dieron por muerto y me taparon con una manta hasta que un policía se dio cuenta de que todavía me movía», relata.

En el accidente, Juanjo perdió el brazo y la pierna izquierdas. Remarca las dificultades iniciales que esta pérdida supuso para su vida. «Al principio fue bastante jodido, llegué a pesar 100 kilos, ni yo mismo me reconocía en las fotos», afirma. En este punto es cuando aparece Bernat Moreno, amigo de la infancia de Juanjo, que fue clave para su recuperación. Bernat decide ayudar a Juanjo y le propone que utilice la bicicleta para comenzar a perder peso. A partir de ese momento, la pareja de amigos se convierte en inseparable.  «A Juanjo basta con decirle que no va a poder con algo para que lo consiga, es así de cabezón», comenta Bernat. Desde entonces, Juanjo no ha dejado de superarse, logrando un palmarés interminable, en el que destacan: una medalla de plata en los Juegos de Atenas, plata y bronce en los Paralímpicos de Pekín y su éxito más reciente, el título de campeón del mundo en el último Mundial celebrado en Canadá.

Campeón ninguneado

Pese a todos los éxitos cosechados, la carrera de este superciclista no ha sido fácil. Juanjo se muestra muy crítico con la falta de apoyo y ayudas al deporte paralímpico. «Becas para mí no existen, son premios; si no haces medalla, te quitan la beca», afirma.  Y es que al mes de haber quedado quinto en dos pruebas de los Juegos de Londres, a Juanjo ya le habían retirado la beca. «He estado todo un año sin beca y sin ninguna ayuda, y he sido campeón del mundo al año siguiente (…). A veces pienso que nos tratan como a tontos», añade.

Las dificultades del deporte paralímpico quedan patentes cuando a un campeón del mundo como Juanjo le supone un esfuerzo tener que conseguir suplementos deportivos o adaptar su bicicleta para la competición.

Juanjo y Bernat fundaron en Barcelona el Genesis Cycling Team, un club de ciclismo en el que entrenan ciclistas discapacitados y sin discapacidad. «Decidimos fundar el club para ayudar a otras personas con problemas. Ayudar a un niño a montar en bicicleta vale más que todas las medallas que pueda ganar», apunta Juanjo, quien no duda a la hora de dar un consejo a cualquiera que afronte un problema. «Hay que vivir la vida, disfrutar de la vida».