VALTTERI BOTTAS

El chico de moda

Desde el primer día en el que se subió a un kart, con 6 años, su padre y él supieron que sería piloto. Luego recibió la ayuda del bicampeón de F-1 Mika Hakkinen

Bottas, quinto en el Mundial de pilotos, ha subido al podio en las tres últimas carreras.

Bottas, quinto en el Mundial de pilotos, ha subido al podio en las tres últimas carreras.

MIGUEL
MARTÍNEZ

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Nació en Nastola (1989), una pequeña población en el sur de Finlandia. Valtteri Bottas jugaba a hockey sobre hielo con sus amigos e, incluso, disfrutaba de los vuelos de sus colegas en los saltos de esquí de Lahti. Hasta esa ciudad le llevó cuando tenía 5 años su padre, un finlandés de clase media que trabajaba en una empresa de limpieza. Pero al pequeño Valtteri no le interesó el mítico trampolín de esquí, sino un karting que había en los aledaños. «Mi padre me intentó subir, pero no llegaba a los pedales, así que me prometió volver al año siguiente. Y cumplió su promesa. Tenía 6 años y, en aquel momento, ambos supimos que sería piloto», dice algo emocionado. Veinte años después suma tres podios consecutivos y es, junto a Daniel Ricciardo, el chico de moda en la F-1.

«Era un niño muy, muy inquieto y mi padre me contó que el karting me hipnotizó, así que no dudó en volver a llevarme». El karting no es una disciplina económica, así que padre e hijo buscaron aliados para competir. «Mi primer patrocinador fue la panadería del pueblo», recuerda orgulloso. Luego, su padre convenció a los dueños de la empresa en la que trabajaba. «Es bueno, créanme». Valtteri se proclamó campeón de Finlandia, pero hacía falta mucho más dinero.

Y surgió la colaboración con dos grandes empresas finlandesas, Wihuri y Kemppi, que aún siguen con él. Con 8 años vio por la tele que su compatriota Mika Hakkinen ganaba los Mundiales de 1998 y 1999. «Era mi ídolo». Así que el corazón se le paralizó cuando recibió la llamada de Hakkinen. «Se ofreció a ser mi mánager, a darme consejos, a introducirme en el mundo de las carreras. No podía creérmelo».

El día que visitó a Toto Wolff

Era el tiempo en que daba el salto del karting a los monoplazas. Brilló en la Fórmula Renault y ganó dos títulos en las Euroseries. Solía compartir podio con Ricciardo, con Jean-Éric Vergne o con el español Roberto Merhi. Fue entonces cuando Hakkinen le llevó hasta Toto Wolff. «Fui a verle a su oficina de Austria». Y el ahora jefe de Mercedes casi le cierra la puerta. «Me dijo que no estaba interesado en un piloto tan joven, pero creo que Mika le convenció».

Y sí, Wolff le llevó a Williams como piloto probador y le hizo competir en la GP3, que ganó en el 2011, en el equipo de Marko Korainen y Afa Hekkinen, dos amigos de Kimi Raikkonen. Al año siguiente, Valtteri comenzó a participar, con el Williams, en las sesiones del viernes en lugar de Bruno Senna. Sus tiempos y solvencia en 15 sesiones de libres encandilaron a los ingenieros y sir Frank Williams no dudó en darle el volante titular en el 2013. «Es muy consistente e inteligente, realmente nos sorprendió a todos», recuerda ahora Mark Gillan, entonces jefe de operaciones del equipo.

Wolff obligó a Bottas a pasarse mucho tiempo en la fábrica, siendo un trabajador más en cada departamento. «De lo que más orgulloso estoy es de una pieza que hice en carbono en el autoclave», recuerda el piloto. «Aprendí cómo se construye un F-1 y, sobre todo, a valorar el trabajo de todos». Y por si fuera poco, Wolff designó al expiloto Alexander Wurz como su coach, como su entrenador personal. Todo cuadraba, solo había que esperar. Pero Williams construyó un coche horrible en el 2013 y Valtteri sufrió. «No fueron las mejores condiciones para poder demostrar a la gente lo que valía».

Se hizo muy fuerte ese año, pero en la construcción de su fortaleza mental tuvo mucho que ver su novia Emilia Pikkarainen, a la que conoció en 2011 cuando coincidieron en un programa de TV como estrellas emergentes del deporte finlandés. Él acababa de firmar con Williams, y ella había logrado dos medallas en el Europeo de natación y preparaba los JJOO de Londres. «Emilia me ayudó a recordar lo sacrificado que es perseguir tus sueños en cualquier deporte».

Feliz de ser tan popular

Valtteri se ha mudado a Mónaco, pero ella sigue viviendo y entrenándose en Finlandia. «Intenta venir a algunas carreras, pero sabemos que es muy difícil encontrar días para estar juntos». Son, sin duda, una de las parejas de moda en Finlandia. Y les gusta. «Es agradable que te reconozcan, que te pidan un autógrafo o te hagan entrevistas», reconoce este finlandés al que le encanta entrenar fuerte junto a su novia en el gimnasio.

Nada, absolutamente nada, distrae a Valtteri Bottas de su principal objetivo: ser competitivo. «Cuando me pongo el casco, solo estoy yo, el coche, la pista y mi ingeniero en la radio. Y nadie más». Su nivel de concentración ha llamado la atención de Claire Williams. «Bueno eso no es ningún mérito, va en mi sangre, en mi ADN», sentencia el chico de moda de la F-1.