Las claves de Johan Cruyff

Pocos, buenos y fieles

Tener una plantilla de 19 jugadores puede parecer arriesgado, pero la apuesta de Guardiola no es nueva ni es un capricho. O sí, un capricho muy estudiado que persigue la máxima implicación de los que están. Esa es la clave.

Alves, Messi, Villa, Busquets y Keita abrazan a Iniesta (en el centro) después de marcar el segundo gol, ayer en Santander.

Alves, Messi, Villa, Busquets y Keita abrazan a Iniesta (en el centro) después de marcar el segundo gol, ayer en Santander.

Johan Cruyff

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Desconozco si los técnicos del Barça tienen o no pensado fichar a un efectivo extra para el ataque en las pocas horas que quedan hasta el cierre del mercado. Me extrañaría. Con la salida deIbrahimovicy la llegada deMascherano,la plantilla la forman 19 jugadores, dos de ellos porteros. Lo que en casi todas partes parecería una locura, empezar la temporada y tres competiciones (Liga, Copa y Champions) con tan solo 17 jugadores de campo, en el Bar-

ça es una apuesta en firme. Por los que están, pocos, buenos y fieles, y por los que se esconden -o no tanto- en el filial. Es la apuesta deGuardiolay reafirma, esta temporada más que nunca, la filosofía de club que hace distinta a esta entidad: arrancamos con 19 fichas del primer equipo pero con todas las puertas abiertas a no pocos jugadores del filial, jóvenes con talento que, bien rodeados, difícilmente desafinarán porque tocan la misma música.

Si yo fuera uno de los privilegiados integrantes del primer equipo de este Barça, estaría radiante. Sé que voy a jugar y que lo haré con relativa asiduidad. O en mi demarcación natural o en una muy próxima. O quizá en otra que no tiene nada que ver. Pero jugaré al fin y al cabo, y de mi rendimiento saldrá reforzado el grupo.

Nadie puede dormirse

La apuesta deGuardiolapuede parecer arriesgada, pero ni es nueva -dos temporadas, dos plantillas calificadas de cortas, ocho títulos y buen fútbol- ni es un capricho. O sí, un capricho muy estudiado que persigue la máxima implicación de los que están. Esa es la clave. Son tan pocos que nadie puede dormirse en el día a día pensando en que no jugará. Una sola sanción, una sola molestia o lesión, un solo descanso por prevención, y nadie del primer equipo se queda fuera de la convocatoria.

Para los que, a buen seguro, quisieran ver una plantilla más numerosa, más armada, una pregunta: ¿Qué cifra sería la idónea? ¿Uno más, dos, tres, cuatro más? ¿Uno por línea? ¿Quizá otro delantero con la salida deIbrahimovic? ¿Y con experiencia a poder ser? Si una cosa tenía el sueco es experiencia. Y talento. Sin embargo, su encaje no ha sido el esperado. La personalidad, la forma de ser de cada uno, la manera de integrarse al grupo más incluso que el fútbol que este practica, marca el éxito o el fracaso.

Por más figuras que tenga este Barça, el fútbol es un juego de equipo y el individuo se ha de sacrificar por el interés del equipo. Menos los porteros, todos los jugadores de campo saben una cosa: no siempre jugarán en el mismo sitio. Es imposible. Este año veremos a teóricos laterales como interiores o extremos. A teóricos centrales como laterales o incluso por delante de la defensa. A centrocampistas ocupando cualquier demarcación de esa línea, o comoIniestade falso delantero, o comoBusquetsoMascheranode pivotes, interiores y hasta de centrales.

Aquí nadie es el suplente de nadie, sino el complemento de todos, porque todos, más pronto o más tarde, dejarán de jugar algún partido o algún rato de un partido. Y a su calidad, los futbolistas tendrán que aportar un plus de solidaridad.

ConIbrahimovicfuera te quedas con cinco delanteros. ¿De verdad necesitas seis? Entonces tendrás a tres que no juegan. Y alguno que ni viaja. Más que la cantidad, lo que importa es el equilibrio. Dentro del campo y en el vestuario. ¿Para qué una plantilla de 23 o 24? A parte del coste y de cerrar puertas a los que despuntan atrás, el exceso de efectivos provoca malas caras ante la perspectiva de jugar poco y una menor intensidad en el trabajo del día a día. Y eso, por parte de varios, afecta al rendimiento del grupo. Puede haber una plaga de lesiones, cierto. ¿Pero cómo la prevés? ¿Y si la adversidad no solo llega sino que se ceba en una misma línea? ¿Por cuál apostamos? ¿Fichamos todo defensas? ¿Centrocampistas? ¿Todo delanteros solo por si acaso? Desafortunadamente, nadie lo puede prever, aun sabiendo que todo año posmundial es exigente en lo físico.

Lo único controlable es la actitud en público de los representantes de los futbolistas. El jugador siempre es responsable de lo que dice su representante. O lo domina o está de acuerdo. Yo sería inflexible. Si uno abre la boca, adiós. El domingo su representado no juega.

El Barça de siempre

En el Barça todo sigue igual. Da igual quién juegue y en qué posición. El equipo va a piñón fijo. Es muy difícil de parar y si algún día pierde, será más por errores propios que por méritos del rival. Ayer, además,Valdésfue decisivo. No es lo mismo el 0-2 que un 1-2 y la segunda parte por delante en la que las cosas se pueden complicar. Como al Madrid deMourinho, que ya tiene que empezar a remar. El Barça ya va delante.