La presión policial en el centro de BCN desplaza la prostitución al litoral

La concejala de Mujer y Derechos Sociales, Francina Vila, sentenciaba en el pleno municipal del pasado 25 de julio --el último del pasado curso, y el que sirvió para aprobar el veto total a laprostitución callejera--, que la prohibición delsexo de pago en la vía pública «mejoraría la convivencia» y sería «un mensaje para quien visite la ciudad». Algo que, a fecha de hoy, está lejos de suceder. El aumento de la presión policial en las zonas en las que tradicionalmente se ha concentrado este ejercicio, además de empeorar las condiciones de vida de estas mujeres, según denuncian las oenegés que trabajan con ellas, ha hecho que estas se desplacen a nuevos puntos, menos vigilados.

Así ha sucedido en el paseo marítimo de laBarceloneta, a la altura de la calle de Trelawny, donde se ha instalado un grupo de meretrices aprovechando el río de turistas que frecuenta la zona de ocio del Port Olímpic. Los vecinos de la comunidad del número dos de la calle de Trelawny cuentan que en las últimas semanas, la presencia de prostitutas rodando a turistas ebrios bajo sus casas es una constante todas las noches, sobre todo los fines de semana. «No solo buscan a los clientes aquí, también realizan el servicio en el callejón de detrás de nuestra finca, que es tierra de nadie», denuncia Antonia Rodríguez, quien reside en el edificio, mientras muestra en su cámara una fotografía de varios preservativos en dicho callejón que asegura haber tomado esa misma mañana.

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