REURBANIZACIÓN

La plaza Lesseps estrena una nueva área de juego infantil

EL PERIÓDICO / BARCELONA

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La recuperación para el uso público del espacio de la plaza Lesseps, afectado desde hace años por las obras del metro, ha finalizado su primera fase. La intervención urbanística tiene como objetivo recuperar para el uso ciudadano el espacio ocupado por la afectación de la obra del metro, informó ayer el Ayuntamiento de Barcelona.

Se trata, en concreto, de la instalación de una nueva área de juegos infantiles en un espacio de 355 metros cuadrados, situado a la otra orilla de la biblioteca Jaume Fuster, entre las calles de Pérez Galdós Torrent de l'Olla.

En este espacio se ha habilitado una zona ajardinada con juegos, una obra que empezó el pasado mes de abril y que ya ha quedado abierta para el uso ciudadano tras una inversión de 350.000 euros.

En estos momentos, las obras de urbanización en la plaza Lesseps continúan en el sector sudeste. En este caso, el consitorio avanza en el proyecto para el traslado y la nueva instalación de la fuente ornamental de la plaza.

La Conselleria de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat impulsa las obras de la plaza con un presupuesto de 868.000 euros que han distribuido en diferentes partidas, también con el objetivo final de restituir el uso público de la plaza.

La primera, ha sido el desmontaje del puente de grúa de la obra, que ya ha sido retirado. Después se ha procedido al cierre y relleno de la rampa de acceso a la estación de la L9, que utilizaban los camiones para acceder a las obras. También se ha cubierto un pozo de 25 metros de diámetro, que ahora queda cubierto por una losa que se apoya en varias vigas.

La urbanización del entorno busca dar continuidad a la acera de Travessera de Dalt a largo de toda la plaza, tanto en recorridos como en el arbolado y la iluminación. Y la última acción ha sido plantar árboles y arbustos.

En 1996 el consistorio planteó una nueva reforma integral de la plaza para devolverle más espacio al peatón. Pero el proyecto no gustó a los vecinos, que obligaron al ayuntamiento a replantearselo. El proyecto definitivo no se logró hasta el 2003, cuando se habían iniciado los trabajos en el subsuelo del metro.