Balance anual de una entidad social vinculada a la Iglesia

La mitad de los usuarios de Cáritas de Barcelona son familias con hijos

ROSA MARI SANZ
BARCELONA

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Los años en que las entidades sociales abocaban sus esfuerzos en la beneficencia parecían superados en favor de una atención en pro de la inclusión social. Se ha vuelto atrás. Cáritas denunció ayer «un retroceso» en el Estado del bienestar después de atender este año a 149.000 personas que han pedido ayuda para poder comer, tanto en sus oficinas como en las parroquias de las tres diócesis metropolitanas (Barcelona, Sant Feliu y Terrassa), una situación que el director de la entidad en la capital catalana, Jordi Roglá, calificó ayer de «emergencia social». Y más, subrayó, en tanto la oenegé ha detectado un constante incremento de menores atendidos, que representan el 36% de las atenciones. De hecho, este año la mitad de los usuarios son familias con hijos, según consta en el balance anual que se presentó ayer.

También va en aumento, detallan, el número de personas que les llegan derivadas directamente por los servicios de los ayuntamientos, algunos de los cuales «están acercándose al límite de sus posibilidades de atención», según subrayó la responsable de Acción Social de la diócesis de Terrassa, Pilar Taché. Como consecuencia de ello, tres de cada 10 personas que acuden en busca de ayuda a las oficinas de la oenegé cristiana, donde Cáritas calcula haber atendido a 60.000 ciudadanos cuando acabe este año (el 5% más que en el 2010), lo hacen remitidos por la propia Administración.

INQUIETUD POR LOS RECORTES / Por todo esto, Taché mostró ayer su «preocupación por los recortes de los servicios públicos», principalmente, dijo, en lo que se refiere a becas de comedor escolar, ya que «está creciendo de manera constante el riesgo de exclusión en la infancia». Precisamente por ello, Roglá anunció ayer que Cáritas pondrá en marcha durante el primer semestre del próximo año un programa especial para luchar contra la pobreza infantil, una ayuda que será integral y que incluirá la atención a toda la familia. La entidad también planea, con la participación de expertos, un refuerzo de su labor enfocada a que los jóvenes encuentren trabajo, ya que la falta de empleo en casi total entre sus usuarios. Únicamente tiene contrato el 12%, la mayoría precario que no les permite cubrir las necesidades más básicas.

La situación económica, que ha llevado a Cáritas a atender al doble de personas que durante el inicio de la crisis, en el 2007 (cuando tuvo 27.000 usuarios), está haciendo mella en la salud de miles de familias, que expresan a los técnicos sentimientos de rabia, impotencia y vergüenza por tener que acudir a la entidad, ya que lo que piden es trabajo para poder mantener a sus familias mediante su esfuerzo.

En este contexto, Roglá volvió a poner a Cáritas de Barcelona a disposición de las administraciones y los partidos políticos con el objetivo de sumar esfuerzos con los que «aumentar la eficiencia social» y no ir cayendo en la beneficencia, «que nos recuerda a épocas pasadas que no nos gustan». En la misma línea, emplazó a las fuerzas políticas, económicas y sociales a alcanzar un consenso sobre el empleo de forma urgente.