sector económico en pie de guerra

Los bares de la Diagonal claman por sus terrazas

Los restauradores se movilizan para poder sacar el negocio a las aceras

Restauradores de la Diagonal en pie de guerra, ayer en mitad de la calle.

Restauradores de la Diagonal en pie de guerra, ayer en mitad de la calle.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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Situación surrealista en la renovadísima Diagonal, con cada vez más paseantes (y compradores): Si al peatón tiene ganas de tomar algo a la fresca contemplando el ambiente, en el tramo de paseo de Gràcia a Francesc Macià no tendrá más remedio que comprarse una bebida en un súper y sentarse en un banco (sin alcohol si no quiere ser multado por hacer botellón). Pero si camina dos pasos hacia cualquiera de las calles perpendiculares, hallará terrazas por doquier empotradas en estrechas aceras. La controvertida ordenanza al respecto que Ada Colau se ha comprometido a estudiar y modificar tiene en la avenida -cuyos afectados salieron ayer a la calle a quejarse- uno de sus agujeros más negros. Ni le sirve la regulación general por ser zona singular, ni tiene lista aún su regulación singular, pero ya ha doblado su cuota de bares y restaurantes, atraídos por la reforma y la idea de instalar un velador, aún sin autorizar.

Antes de las elecciones, la asociación de comerciantes Diagonal Centre alegó contra la regulación prevista por Trias en la zona. La veían muy restrictiva e intentaron rascar alguna mesa más, pero sobre todo pidieron no tener que trajinar con los muebles y ornamentos al cerrar por la noche. Esta condición es para toda la ciudad, pero en zonas especiales como la Rambla Catalunya se permite. Pero mientras esperaban la regulación definitiva, llegó una nueva alcaldesa que ha heredado el lío de la norma anterior y se ha visto metida en una rebelión sectorial que llegó a un plenario extraordinario la semana pasada. Salomónicamente, todo está ahora en estudio. Solo que en otras calles los operadores tratarán de pasar el verano sin perder mesas, mientras que en la Diagonal el buen tiempo se esfumará sin que posiblemente hayan conseguido una silla.

Revuelta

Tras pedir audiencia repetidas veces y tras dos anulaciones in extremis de reuniones con la concejala de Urbanismo, Janet Sanz, los operadores sacaron ayer el cabreo a la calle. Parte de los afectados hicieron piña, pancartas en mano. Trataron de montar una terraza-performance, pero no les autorizaron.

A la decena de bares y restaurantes previos a la renovación del tramo central de la Diagonal, se han sumado una nueva quincena de la mano de la reforma urbanística. Todos ellos tienen su proyecto en un cajón. «Estamos frustrados porque contábamos con tener una terraza. Tal vez no habriamos hecho una inversión tan fuerte en esta calle sin la remodelación y la idea de poder completar el negocio en la calle», explica David López, adjunto a la dirección del grupo Costa Este, que abrió Cachitos hace unos meses. «Fue el impulso para decidir» apostar por la avenida, recuerda. Su aspiración era conseguir aproximadamente una quincena de mesas. También la franquicia de Mas Q Menos, especializado en tapeo y comidas informales, desembarcó con esa premisa y hasta pagó a una empresa enviada por el ayuntamiento para certificar la obra. En los últimos meses ha negociado desde 12 hasta 4 mesas. No obstante, Diagonal Centre y diversos operadores destacaron ayer que aceptarían una propuesta de mínimos provisional con tal de tener terrazas en agosto.

Diálogo

Marta Canut, al frente de los comerciantes, pide diálogo con el ayuntamiento, buscar un punto de acuerdo para salvar la temporada. «El comisionado de Comercio, Miquel Ortega, nos ha dicho que hablarán sobre la ordenanza en octubre, pero entonces será tarde, hace falta una solución urgente», insiste. Fuentes municipales indican que el ayuntamiento está estudiando tanto la normativa general como la regulación de las 30 zonas singulares y que no moverá ficha hasta hablar tanto con empresarios como con los vecinos. Y es que los barceloneses reivindican hace tiempo su derecho prioritario al espacio público.

El comercio de la Diagonal sostiene que más allá del negocio, el terraceo también es un servicio para el vecino y el paseante que quiera descansar a la fresca. Canut afirma que es posible encontrar una fórmula que dé cabida a las terrazas sin devorar las aceras, evitando lo que ha pasado en otras áreas de éxito monopolizadas por los veladores. La fórmula más integradora podría ser una sola línea de mesas, como pretendía el anterior gobierno local.

El Gremi de Restauració de Barcelona presentó alegaciones, sin respuesta. Pere Chias, presidente, cree que se discrimina a los empresarios de la zona y se bloquea la contratación de 200 personas con un impacto salarial de 4 millones de euros.