Bioarquitectura

Edificios que contribuyen a mejorar el medio ambiente

Cada vez más la arquitectura pone en valor la sostenibilidad de los sistemas constructivos para avanzar hacia lo que se conoce como bioarquitectura

EL PERIÓDICO / Barcelona

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

¿Puede un edificio convertirse en un pulmón en el centro de la ciudad? Depende del material en que esté construido. En la rehabilitación de Casal de Barri de Can Portabella, en Sant Andreu, por ejemplo, se utiliza la madera como único material para levantar la estructura del edificio. No hay ni hormigón ni acero, sólo un material 100 × 100 renovable.

Josep Bunyesc es un joven arquitecto que idea sus obras en términos de bioarquitectura. Explica que ha proyectado la rehabilitación de Can Portabella con criterios de muy bajo consumo energético, "de modo que funcione tanto en verano como en invierno con consumo cero de energía. La captación solar fotovoltaica le aporta la energía suficiente para poder funcionar".

Esto significa que al cabo del año el edificio habrá generado tanta energía como habrá consumido.

Arquitectura de consumo cero

Es lo que se conoce como bioarquitectura y pretende generar el menor impacto posible no sólo a la hora de construir sino también al crear edificios que sean autosuficientes energéticamente.

Con estos mismos principios se está construyendo en el barrio del Coll, en Gràcia, una casa particular de 5 plantas donde el único material constructivo es también la madera, otro ejemplo de arquitectura sostenible.

Es una casa basada en el diseño bioclimático por dos motivos: es eficiente energéticamente y saludable por los materiales naturales que se utilizan.

"Se trabaja muy bien la orientación y se utiliza un sistema de renovación de energía que permite tener una temperatura estable durante todo el año con un consumo aproximado de 20 euros al mes", detalla Jaume Llamas, socio de House Habitat, una constructora pionera en bioarquitectura en Catalunya.

Además de sostenible, la madera tiene otra ventaja, y es que la estructura se levanta en un tiempo récord y con un impacto acústico mínimo.

"En cuatro meses pretendemos terminar el edificio (cuando en una obra tradicional el tiempo estimado no bajaría de los 9). Ya no estamos hablando sólo de ahorro energético, sino de materializar una obra sin prácticamente molestar a los vecinos ni por el  polvo ni por los ruidos", constata Joan Vilà, un técnico de construcción en madera.