El distrito más pobre rechaza la caridad

La fría estadística muestra que Nou Barris es, en términos estrictamente económicos, la viva imagen de la Barcelona de dos velocidades. Sobra decir que, en este caso, el distrito sobre la Meridiana representa la Barcelona slow. La distribución de la renta familiar disponible está en 56 puntos, mientras la media de Barcelona es 100. Siete de los diez barrios más pobres de la ciudad están en Nou Barris, donde el paro entre los menores de 25 años registra datos récord en cifras absolutas, pese a que el distrito cuenta con casi la mitad de población que el Eixample. Pero ese drama estadístico -que se acentúa al observar cómo, en el otro extremo, los barrios más ricos lo son cada vez más- no es lo único que define el lugar.

La pobreza económica es inversamente proporcional a la riqueza de su tejido asociativo, uno de los más fuertes de la ciudad, y sin lugar a dudas el más combativo. Ha sido este el que ha situado durante todo el mandato su cruda realidad en el centro del debate y de la agenda política, y su presión ha logrado notables mejoras en los servicios sociales de las zonas más necesitadas.

Más de cien entidades del distrito se unieron en la plataforma Nou Barris Cabrejada Diu Prou! para denunciar que la pobreza se ha instalado «de forma estructural» en sus barrios. Tras tres años de lucha -e importantes logros-, iniciaron una campaña para criticar que las actuaciones municipales se han basado «en la caridad», incrementando el gasto social, pero sin afrontar el problema de raíz. De ahí el eslogan: «No es pobreza, es injusticia».

Volviendo a las cifras, en su balance de mandato el equipo de Trias subrayaba que destinó más de un millón de euros en 5.067 ayudas sociales a Nou Barris en el 2014, «el 237% más que en el 2011 y el 20% del gasto social en toda la ciudad», y que el presupuesto total del distrito se había incrementado en un 163,8%.

FALTA DE PARTICIPACIÓN

A ojos del veterano líder vecinal Pep Ortiz, portavoz de la Coordinadora de Asociaciones de Vecinos y Entidades de Nou Barris, la principal crítica que el vecindario hace a los cuatro años de gobierno de Trias es la falta de participación real. «Nou Barris Cabrejada no nace por casualidad, nace porque las asociaciones nos encontramos con un muro a la hora de hablar con el nuevo gobierno. Está claro que la problemática de Nou Barris no se arregla de un día para otro, pero los que conocemos de primera mano el territorio podemos plantear soluciones si nos escuchan», asegura Ortiz, quien insiste en que la política de Trias se ha basado en incrementar los servicios sociales -tras denunciar el vecindario sus deficiencias-, y que este incremento se ha demostrado insuficiente. «Dar ayudas es poner parches, es como meter billetes en un pozo sin fondo. Si no se logra disminuir los índices de paro, el dinero en servicios sociales nunca será suficiente», considera. «Exigimos el derecho a decidir sobre las prioridades en las mejoras de nuestros barrios», concluye.

Ortiz es a su vez presidente de la asociación de vecinos de Can Peguera, barrio que este mandato ha logrado su gran victoria: la desafectación y su protección, objetivo con el que la entidad nació hace 40 años.

El primer mandato de Trias también pasará a la historia de Nou Barris por haber sido el momento en el que Ciutat Meridiana decidió rebautizarse como Villa Desahucio Villa Desahucioe impulsó una exitosa campaña de resistencia que situó la hasta entonces invisible barriada en el centro de todas las miradas, llamando la atención de televisiones de medio mundo. Calles como Rasos de Peguera o Pedraforca pasaron de ser absolutas desconocidas a aparecer a diario en los medios al ser el escenario de una gran cantidad de desahucios. O, más concretamente, de desahucios parados por el vecindario.

MÁS LEJOS

Filiberto Bravo, presidente de la asociación de vecinos, resume así el mandato que ahora termina: «No nos han incluido en Barcelona; tal vez nos han alejado aún un poquito más». «Solo esta última semana ha habido 11 intentos de desahucio en el barrio», resume. Sobre el estreno del FabLab, una de las grandes apuestas de CiU en el barrio, Bravo es demoledor: «El trabajo no se puede imprimir en tres dimensiones, ni la comida, ni la vivienda».

Marta Manjarres, vecina de Porta, considera que el barrio «está parado». «Con la crisis se dejó de construir y quedaron solares abandonados y casas a medio derruir que solo traen problemas», relata esta vecina, quien asegura que el sentir del vecindario es que les han dejado abandonados. «Cada 15 días se estropea el alumbrado público y nadie hace nada por solucionarlo de forma definitiva», ejemplifica. Entre las reivindicaciones de la asociación de vecinos de Porta está también su negativa a la ampliación del centro comercial Heron City y la recuperación de la masía de Can Valent como escuela de horticultura y jardinería.

Entre las victorias vecinales de estos cuatro años -pese a las muchas quejas por no sentirse escuchados, también ha habido logros-, los jóvenes de Roquetes han conseguido, después de una larga reivindicación, una flamante pista de skateque inaugurarán ellos mismos este sábado en un acto alternativo al que nada podrá reprochar la Junta Electoral; y se ha recuperado el otrora fantasmagórico castillo de Torre Baró. También este sábado, se destapará en la plaza de Ángel Pestaña, en el barrio de la Prosperitat, la placa conmemorativa en recuerdo al barrio de barracas que allí se levantaba, en el marco de la recuperación de la memoria histórica de estos barrios.

Nou Barris Cabrejada Diu Prou! organiza, también este sábado, un encuentro con los alcaldables en las Cotxeres Borbó en el que les expondrán de viva voz y a la cara sus no pocas reivindicaciones.