Barcelona alerta de la pérdida del 17% de la superficie de playa desde el 2011

PLAYAS  LA DE LA BARCELONETA

PLAYAS LA DE LA BARCELONETA / periodico

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Como un saco sin fondo, las playas de Barcelona pierden arena superficie útil para el bañista año tras año, sin que las escasas medidas impulsadas por el Ministerio de Medio Ambiente hayan dado resultado en el último lustro. Un estudio impulsado por el ayuntamiento y elaborado por Barcelona Regional pone de manifiesto que desde el 2011 ha desaparecido un 17% del espacio, a la par que lo hacía la mitad de la arena inyectada por el Estado en el 2010, tras el último temporal grave que castigó al litoral barcelonés.

La meteorología ha sido benévola en ese periodo, sin ningún temporal de Levante del calado de los del 2008 y 2010, pero aún así las playas se ven mermadas cada temporada, destaca la comisionada de Ecología del consistorio, Eva Herrero. Visto el retroceso, el ayuntamiento ha reclamado al ministerio que estudie nuevas acciones, tanto a nivel de infraestructuras como de aportación de arena que complemen las intervenciones ejecutacas de 2006 al 2012 de cara a estabilizar el litoral. La demanda ha tenido lugar este miércoles en el marco de la Comisión de Seguimiento del Plan para la Gestión Integrada del Litoral de Barcelona, que integra también la Generalitat. .

Los datos aportados por el municipio son contundentes: la pérdida de superficie de playa seca equivale a 50.000 metros cuadrados o cinco campos de fútbol. El déficit no afecta igual a todos los tramos, sino que es más visible (por su tamaño) en la Barceloneta, con un 28% menos de superficie que hace cinco años y una reducción de 15 metros de su anchura media. En decremento de espacio útil le siguen la Nova Mar Bella y Llevant, como más perjudicadas.

BALANCE NEGATIVO

Desde que Medio Ambiente hiciera la última aportación de 540.000 metros cúbicos en el 2010, las playas que más arena han perdido en relación a la que recibieron han sido Somorrostro (81%) y Nova Icària (67%), aunque su dimensión hace que no sea tan notorio como en la Barceloneta, donde el mar se ha llevado el 48% de arena. Bogatell y la Mar Bella también han perdido del orden de la mitad de la aportación, pese a estar protegidas con diques sumergidos en toda su longitud. En este caso, el ayuntamiento ha solicitado al Estado que analice esta circunstancia, ya que se trata de las únicas playas donde se adoptó esta protección, que a primera vista no ha funcionado.

Las propuestas de mejora planteadas con el ministerio en la última década ascendían a 21 millones de euros. En la frágil zona de Poniente destacaban la prolongación del espigón de Sant Sebastià, unir el dique exento con la playa y hacer crecer un brazo del espigón de Ginebra, aunque hasta el momento solo se ha llevado a cabo la segunda, relató Herrero, que ha reclamado que se materialicen las inversiones. Resta por ver si es viable aportar para esta temporada la arena que el ayuntamiento reivindica, con un coste estimado de unos 800.000 euros.

En paralelo, en las playas de Sant Sebastià y Sant Miquel se cree que hay una pérdida de arena (ante el espigón de la primera), que se podría solucionar con la prologánción de este. En este caso, la obra se estimó en 4,5 millones y recae en la Autoridad Portuaria que ya ha iniciados los trámites para llevarla a cabo. 

Pese al balance negativo, el ayuntamiento destaca que la calidad ecológica del fondo marino y el agua es alta, sin variaciones significativas en los últimos años.