El tridente del Barça solo juega el 60% de partidos de titular

Alcácer llega como alternativa a tres astros que coinciden menos de lo que parece

Neymar, Messi y Suárez celebran un gol al Sporting en la temporada 15-16.

Neymar, Messi y Suárez celebran un gol al Sporting en la temporada 15-16. / periodico

MARCOS LÓPEZ / BARCELONA

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No juegan siempre. Aunque lo parezca, el tridente del Barça no completa todos los partidos. Ni siquiera coinciden en más del 60% de los encuentros desde que nació el pasado 25 de octubre del 2014. Aquel día en el Bernabéu, con una dolorosa derrota ante el Madrid (3-1), arrancó el trío atacante más poderoso del fútbol mundial. Entonces, no está de más recordarlo, con Suárez arrancando desde la banda derecha, mientras Messi aún ejercía de falso nueve, quedando siempre Neymar en la banda izquierda. Pese a tener a «los tres pepinos», como los calificó Piqué en su día, Luis Enrique quería tener una red de seguridad con otro delantero de nivel. Paco Alcácer llega, precisamente, para asumir ese rol.

EL VALOR DEL SUPLENTE

En el primer año del técnico asturiano esa función la ejerció Pedro, aunque su paulatina desaparición de las alineaciones, unido a los pocos minutos que tenía, le empujó a marcharse al Chelsea, donde tampoco ha encontrado la continuidad que andaba buscando. Dejó, eso sí, 25 millones de euros en la caja del Barça.

O sea, haciendo esas cuentas (Alcácer por Pedro), el club ha tenido que añadir cinco millones más para complacer a Luis Enrique, quien se quedó sin ese recurso en su segunda campaña, usando a Munir y Sandro, sobre todo, además de Rafinha, como alternativas.

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Pero la dimensión real del problema que tenía el entrenador con la ausencia del cuarto delantero se vio en partidos decisivos. Sin ir más lejos en el clásico del Bernabéu (0-4, noviembre del 2015), donde improvisó a Sergi Roberto como extremo derecho porque Messi, que venía de la lesión en la rodilla, solo apareció contra el Madrid en la segunda mitad, ya con 0-3 en el marcador.

También recurrió Luis Enrique a su comodín de lujo para alinearlo de extremo izquierdo en la semifinal del Mundial de clubs ante el Guangzhou (3-0, los tres goles de Suárez) obligado por las lesiones de Neymar y el cólico nefrítico de Messi.

Por todas esas razones, Luis Enrique reclamó, sin éxito, en el mercado invernal a Nolito. Pero el Barcelona, según argumentó la directiva, no tenía recursos económicos para satisfacer al técnico. Ha tenido que esperar seis meses para contar con Alcácer, ese delantero que le da soluciones en caso de imprevistos. 

SUPLIR A LAS ESTRELLAS

Tras consumarse la marcha de Munir al Valencia en ese intercambio de última hora con AlcácerLuis Enrique tiene ahora lo que reclamó para completar la plantilla con más recursos, sobre todo en el ataque donde ha recuperado la figura, esencial para él, del cuarto hombre. ¿Pero si no va jugar nada? ¿30 millones por un suplente es una locura? ¿Si no cambia a nadie del tridente? ¿Por qué no quedarse con Munir? Preguntas que se suceden después de oficializarse la llegada de Alcácer. Pero Luis Enrique lo tenía muy claro. Por eso, insistió tanto en un delantero. Sí o sí.

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Tuvo el técnico paciencia en el invierno. Tampoco le quedaba otro remedio. Pero ahora apretó al máximo a la dirección deportiva para que le diera a Alcácer, un jugador capaz de suplir cualquier contingencia de las tres estrellas. Cumple las condiciones que exigía –conocimiento de la Liga, rendimiento inmediato, conectado, aunque sea solo por su paso por la selección española, al estilo de  juego azulgrana– para tener un hueco en su grupo, convencido el técnico de que el valenciano tendrá más minutos de los que se cree.

LAS MOLESTIAS DE LEO

Ese es el plan de Luis Enrique, obligado, además, a gestionar el reparto de esfuerzos del tridente, teniendo en cuenta, además, que Suárez ya ha incluido a Uruguay en su calendario, al igual que Messi (Argentina) y Neymar (Brasil). Ahora, por ejemplo, en el retorno a la Liga, el sábado 10 en el Camp Nou contra el Alavés, el brasileño llegará apenas 48 horas antes del partido sin haber completado aún ni una sola sesión de entrenamiento este verano con el Barcelona.

Arda, que ha asumido con acierto la función del cuarto delantero –ahora será el quinto–, aprovechó esa ausencia de Neymar para reinvidicarse. Messi, entretanto, se ha ido con Argentina, a pesar de las molestias musculares que padecía en el aductor izquierdo. «El Barça recomendó a Messi o viajar, pero él quiso venir», argumentó Edgardo Bauza, el seleccionador argentino. La estrella quiere enfrentarse este jueves a Suárez en un decisivo Argentina-Uruguay.