De la gloria olímpica a la frustración del Fòrum

El evento del 2004, impulsado por Clos, no atrajo el interés ni la complicidad de la ciudadanía.

Vista aérea de las obras del Fòrum 2004. La fotografía data del año 2002, dos antes de la inauguración del evento.

Vista aérea de las obras del Fòrum 2004. La fotografía data del año 2002, dos antes de la inauguración del evento.

POR BEATRIZ PÉREZ

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Estaba llamado a ser un encuentro que movería el mundo, pero al final no tuvo nada que ver. El Fòrum de les Cultures del 2004 fue una iniciativa imaginada por Pasqual Maragall e impulsada por su sucesor en la alcaldía de Barcelona, Joan Clos. Tras el éxito de los JJOO de 1992, Maragall buscaba para Barcelona otro gran pretexto que permitiera rematar la gran transformación urbanística de la ciudad prolongando la Diagonal hasta el mar y continuando la recuperación del litoral desde el Poblenou al Besòs.

Esta vez, el pretexto sería un gran evento internacional de nueva creación, centrado en la cultura y la promoción de la paz, la diversidad cultural, la sostenibilidad.

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Bajo el paraguas del Fòrum se levantaron el Centre Internacional de Convencions, un geriátrico y el Campus Diagonal-Besòs de la Universitat Politècnica. Pero, pese a ello, el Fòrum de les Cultures, para el que se destinaron globalmente 2.000 millones de euros, no dio los resultados urbanísticos ni sociales pretendidos.

No recibió la afluencia prevista (esperaba unos 5 millones de visitantes y no pasó de 3,3). No logró transformar por completo la franja litoral ganada al mar ni unirla con Sant Adrià y, por extensión, con Badalona. Tampoco acabó con el aislamiento del barrio de La Mina. Sucedió lo contrario: los humildes bloques de ese barrio estigmatizado contrastan con los altos pisos, modernos, lujosos, de Diagonal Mar.

ABANDONO

Hoy, la zona del Fòrum es una gran explanada donde se celebran festivales como el Primavera Sound y donde está el Museu Blau de ciencias naturales, en el icónico edificio triangular del Fòrum, actualmente usado sobre todo para congresos.

La ciudadanía, siempre con matices, tiende a considerarlo un espacio inhóspito y desangelado, pese a que el proyecto, en su momento, contó con la complicidad de las tres administraciones: el Gobierno de Aznar, la Generalitat de Pujol y el Ayuntamiento de Clos.

"Los barceloneses dieron la espalda a aquel gran acontecimiento que intentó imitar a los JJOO", sentencia el antropólogo Andrés Antebi, coordinador del Observatori de la Vida Quotidiana (OVQ). "Y, urbanísticamente, creó un desierto de cemento", añade. Para Antebi, el Fòrum de les Cultures significó, sobre todo, el "monumento del drama que es el modelo Barcelona".

"La ciudad se ha ido construyendo sobre la base de los mega acontecimientos [una exposición universal, otra internacional, los JJOO...]. El Fòrum fue el último, solo que no tuvo ni punto de comparación con la ilusión colectiva que supusieron los Juegos", comenta Antebi.

La prueba de semejante fracaso es, para él, que "nadie quiso recoger ese legado" y que la propia ciudad "escondió" el Fòrum. Este proyecto reurbanizador no une, sino que separa. "Es un espacio de absoluta segregación. Una chapuza urbanística. Se pensó para albergar un gran acontecimiento, pero no qué usos podría tener en el futuro. La relación de ese espacio con sus barrios es prácticamente nula", dice.

REGENERACIÓN DEL RÍO BESÒS

En opinión del arquitecto y concejal de Sant Martí, Josep Maria Montaner, el Fòrum intentó, fallidamente, unir las actividades culturales con la transformación urbanística del área. Esta última, según él, fue "muy precipitada". A esto se suma que no existió articulación entre los diferentes proyectos del Fòrum.

"Los JJOO se repartieron en cuatro zonas de la ciudad. El Fòrum está todo en una zona con mucha influencia de Diagonal Mar. Hubo en este mucha presión privada", prosigue Montaner. Aunque el balance general que hace es "negativo", reconoce un elemento positivo relacionado con el Fòrum: la regeneración del río Besòs, que en los 70 y 80 era una cloaca a cielo abierto.

"El saneamiento del río se hizo antes del Fòrum, pero pensando en redirigir la ciudad hacia allí", matiza Montaner. En este sentido, la renovación urbanística es innegable si se tiene en cuenta que antes había un cenagal dominado por la depuradora del Besòs.

El antropólogo y miembro del Observatori d'Antropologia del Conflicte Urbà Giuseppe Aricó critica también la "especulación urbanística" que generó el proyecto. Y que no se integrara a barrios colindantes como La Mina. Urbanísticamente, lo ve como un "laboratorio". "Consiguieron una zona exclusiva con hoteles de 'alto standing', a la que llaman La Mina pija. Pero sin utilidad social alguna". El Fòrum es, para muchos, el gran ejemplo de ciudad para consumir.