¿Qué fue del ADN Barça?

Se nos llenó la boca con el ADN Barça y hemos acabado atragantándonos.

Resulta que en este mundo donde el buen fútbol es la madre del negocio, lo que no se fabrica se puede copiar y, tras perfeccionar la imitación, se han inventado el ADN 'merengue' y presumen ahora de que es su sello genuino y original y lo quieren patentar.

Bien merecido lo tenemos, pues nos hemos dejado comer el terreno y tardaremos en recuperarlo. Nada tiene que ver la deserción de Neymar, que no debería ser más que un descosido fácil de remendar si no nos hubiéramos olvidado el traje demasiado tiempo a la intemperie. Y, a pesar de que Messi lo sigue llevando con una elegancia inimitable, resulta que el paño se nos ha ido deteriorando.

Una de dos, o a los afamados técnicos y ojeadores del Barça se les ha nublado la vista y ya no saben ver ni formar Asensios o Iscos o la directiva no les da bola cuando les proponen su fichaje para apostar por Ardas y Alcáceres y hacer el ridículo con desesperadas inversiones por Verratis que deberían salir a fuego lento de la Masia.

Pues sí, han aprendido la lección, nos han copiado, han gastado bien su dinero, han acertado y se han cambiado los papeles.

Pese a quien pese, y pesa a los socios y aficionados, esta deriva indica que los gestores del club no han cuidado la herencia recibida. Y nada me gustaría más que tener que comerme mis palabras.

Por cierto, el portugués es un pedazo de jugador y aficionado al culturismo, pero ha demostrado ser muy poco original y en su duelo personal ha demostrado que va a remolque. Siempre será el segundo.