Esperar y desesperar. Esperar a que tanto Rajoy como Mas despierten, que vean el problema que ellos mismos han creado y acrecentado en los últimos tiempos. Esperar a que cambien de actitud y entiendan el espíritu democrático de todo el pueblo a manifestar su voluntad, sea la que sea.¿Es esperar demasiado?
Desesperar cuando la reunión sea nuevamente la misma música con la misma letra de la canción, cantada para aquellos nostálgicos de unos tiempos que hace ya 40 años que murieron y que nunca, nunca volverán. Pero ese desesperar puede ser , tal vez, el inicio definitivo del despertar de un pueblo que, al final, le pese a quien le pese, conseguirá sus metas. No habrá obstáculos suficientes para impedirlo.
Hoy ya no sirven ni los tanques ni los aviones ni el ejército. Para desgracia de esos mal llamados demócratas de los años 40, estamos en Europa, y Europa, pese a sus carencias (que las tiene ), no permite a sus socios según que actitudes (hay que guardar las formas ).
Asi pues, esperar o desesperar. Al final quedará la verdad, como siempre, y las mentiras serán solo eso, mentiras.